La herencia

Si hay algo que me gusta casi tanto como ir al teatro es leer teatro. Y para los que no os gusta ni lo uno ni lo otro, estáis de suerte porque “La herencia” de Matthew López es una obra de teatro que se lee como una novela y que tiene la particularidad de ir “conducida” por el célebre autor E.M. Forster. Encarnado aquí como un personaje más de carne y hueso, Morgan es el guía-mentor-conciencia de un grupo de homosexuales que viven en Nueva York en la segunda década del siglo XXI.

¿Y a qué se debe la elección del autor inglés en esta trama? Precisamente al paralelismo del escenario social representado en la novela de E.M. Forster en “La mansión” (“Howard's End”) y la larga sombra de muerte que planea acechante sobre sus vidas. Si bien para los primeros fue la Primera Guerra Mundial, para el grupo de neoyorkinos de #LaHerencia lo es la larga sombra de la epidemia de SIDA de los años 80-90.

Con esta premisa comenzamos un viaje emocional en cuyo centro encontramos a la joven de Eric y Toby. Eric es un abogado amable y caritativo que vive en un elegante apartamento del Manhattan junto a Toby, un escritor egoísta cuyo éxito como novelista y dramaturgo se basa en la negación de su pasado. Su inminente matrimonio se ve amenazado tanto por la pérdida del apartamento familiar por parte de Eric como por la fijación de Toby por Adam, la estrella de su nueva obra. Junto a ellos, sus amigos y la pareja de vecinos, Henry y Walter, completan esta obra coral que reflexiona sobre el pasado, el presente y el futuro de lo que supone ser gay en medio de una América turbulenta y cambiante.

Con sus más de 300 páginas no me extraña que esta obra, editada por @editorialdosbigotes, haya sido multipremiada en los premios Tony y aclamada por la crítica, y sólo espero que también llegue a nuestro país para volver a emocionarme con estos personajes que para mí se han convertido en eternos.
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