Las mentiras de la isla Mariposa

La primera vez que vi este libro me dio todas las vibes de We were liars porque la historia transcurre en una isla, con problemas familiares y durante el verano. Obvio estaba completamente equivocado y en el mejor sentido.

Es el verano de 1986 y es el momento favorito del año de Elena, los ¿? regresan a la Isla Mariposa y con ellos su trabajo como niñera, lo que significa no tener que estar en casa todo el tiempo, un poco de diversión con sus amigos y, quién sabe, quizás un romance fugaz. Pero este año es diferente, Joaquin, su hermano, ha terminado la preparatoria y tiene un abanico de posibilidades frente a él, y mientras más lo examina menos creíbles se vuelven las mentiras que se han estado contando. Quizás este sea el verano donde todas las verdades salgan a la luz.

Me acabo de dar cuenta que el libro no tiene una sinopsis como tal, así que tal vez deban ignorar la que hice y leer el libro a ciegas (como lo hice yo) para dejarse sorprender con cada uno de los secretos que se van descubriendo y que los dejarán con la boca abierta. Quiero mencionar rápido que tenemos varios temas delicados como lo son el abuso familiar, el alcoholismo, el machismo, las relaciones tóxicas (tanto familiares como amorosas), el uso de drogas y estoy seguro que me estoy dejando alguno(s) de lado, pero nunca está de más mencionarlo. Y la trama gira básicamente en torno a eso, el verano de una familia rota que viven a base de las mentiras y en la que tarde o temprano las verdades tendrán que salir a la luz.

Claramente el punto fuerte de esta historia son los personajes y es que no puedes evitar empatizar con ellos: son imperfectos, en la mayoría de las veces te cuestionas sus acciones, pero mientras conoces sus historias de vida no puedes no romperte, no puedes no querer abrazarlos, no puedes no sentir su dolor hasta los huesos, simplemente no puedes ser frío con ellos, te destrozan.
Elena, nuestra protagonista. Es una chica de 16-17 años que está cansada de la vida que le tocó: lo único que puede hacer es ir a la escuela, encargarse de la casa y esperar a que se verano para poder trabajar de niñera y escapar del infierno que significa estar en casa. Suena dramático y a que es una adolescente quejumbrosa, y en cierto punto lo es, pero tiene toda la razón en querer un poco de libertad porque sí le toca vivir un infierno en su casa y el hecho de poder salir con libertad, aunque sea para trabajar, es gratificante. Claro que odié las decisiones que toma, pero no creo poder juzgarla, lo único que Elena quiere es tener una vida como los otros chicos de la isla, ser libre, y si eso significa agachar la cabeza y hacer lo que su madre diga, lo hará y cuando ve un rayito de libertad, se aferrar a él, incluso si se trata de una ilusión y le grita peligro con mayúsculas, color rojo y mil signos de exclamación. La odié por muchas páginas, pero me es imposible pensar en ella de manera negativa porque es inteligente y perspicaz, pero está cegada por la soledad y la necesidad de afecto, de sentirse vista, valiosa y que la aprecien. En serio quiero darle un abracito porque me duele que tenga que sufrir tanto.

Joaquin, el hermano de Elena. Aaaaaaahhhh! Con él tengo una relación amor-odio, y no odio porque sea una mala persona, sino odio por lo que representa para Elena y su papel en la historia. Joaquin ya es mayor de edad y terminó la preparatoria, lo que significa que puede hacer lo que quiera de su vida y no lo que su madre le dicte, el problema de esta libertad es que no sabe qué hacer con ella: de momento tiene un trabajo en un restaurante y planea ir en búsqueda de su padre, pero ¿eso en realidad cambiará algo en su vida o solo es una excusa para irse de casa?, ¿acaso será mejor emplear ese dinero para ir a la universidad? Joaquin aún no lo sabe, pero lo que tiene claro es que quiere irse y lo único que lo retiene en esa Isla es su hermana, que vive bajo la sombra de su abusiva madre. Entienden por qué lo amo y odio al mismo tiempo, puede llegar a comportarse como un cretino, pero no lo hace con mala intención y siempre es atento, cariñoso y, en cierta medida, protector con su hermana; curiosamente comparte algunos rasgos con Elena porque también está perdido y aprecio mucho la honestidad con la que está construido. Hay algo respecto a él que me da muchísima risa y es que, leyendo algunas opiniones, vi que es el personaje favorito de la mayoría y no me queda la más mínima duda de por qué lo es: porque está hecho para gustar, cumple con esa expectativa protectora de hermano mayor y al mismo tiempo se muestra vulnerable sin perder su inteligencia y carisma, es lo contrario a su hermana, pero porque así ha sido criado, con la libertad de saber que puede elegir lo que quiera; apuesto a que si hubiera tenido las mismas restricciones que su hermana, no sería tan amado por todxs.

Caridad, la madre de Elena y Joaquin. Claramente la odio con todo mi ser y creo que es uno de los personajes más ruines y despreciables de la vida, pero no puedo evitar sentir que la vida la ha forzado a ser como es (aunque claro que no justifico su comportamiento en lo más mínimo, solo es un pensamiento de comprensión). Caridad tuvo una vida muy difícil y a lo largo del libro vamos teniendo pequeños capítulos con su historia viendo todo lo que sufrió: el tener que abandonar, en plena adolescencia, su estilo de vida de alta sociedad y a su familia porque la revolución cubana entró en su máximo punto, quitándole todo y exiliándola a un país donde no conocía a nadie, ni siquiera el idioma, y en el que poco a poco se tiene que forjar un nuevo destino a través de la lastima de las personas. No quiero hablar mucho sobre su historia porque me deja un nudo en la garganta y necesito que descubran de primera mano lo que la llevó a ser la persona que es. La odio, sí, muchísimo, pero eso no quita que quiera darle un abrazo y llorar con ella por todo lo que pasó y desear que despierte de la pesadilla que resultó ser vida.

Me he dado cuenta que Puck está trayendo libros con representación latina y estos han sido los que terminan convirtiéndose en mis mejores lecturas, y este no fue la excepción. La representación latina no solo se queda en que Caridad es cubana, se traslada a su familia y el cómo reproduce las actitudes machistas de la familia latina tradicional (recordemos que estamos a mediados de los 80's): el hombre es el que manda en la casa y quien debe proveer y la mujer solo está para encargarse de las labores del hogar, y esto lo notamos en lo restringida que está Elena (ella se encarga de lavar, cocinar, limpiar, etc y ni siquiera tiene permitido salir de casa a menos que sea para trabajar... en un trabajo adecuado para una mujer, como lo es ser niñera) y la libertad de la que goza Joaquin (sale cuando quiera, trabaja donde se le da la gana y el dinero se lo puede quedar él, inclusive tiene novia y su madre no le dice nada). Y lo que hizo aún más especial la parte de la representación latina es el hecho de tener el contexto histórico, vemos atisbos de lo que fue la vida de Caridad en Cuba antes de que la revolución explotara y las consecuencias que dejó.

La narrativa fue una joya, es simple y fácil puedes leer todo el libro en un día, pero es imposible porque está cargado de tantos sentimientos que te rompe, debes parar a respirar y procesar todo lo que has leído. Yo tuve que dosificarlo porque era demasiado para mi corazón, incluso cuando llegué al final no pude creérmelo y tuve que leerlo dos veces porque mi cerebro se negaba a terminar la historia. Quedé con el corazón roto, un nudo en la garganta y los ojos llenos de lágrimas; no morí de puro milagro... y porque tengo que hacer esta reseña porque necesito que todos le den una oportunidad a semejante historia.

Dentro de los puntos negativos está el hecho de que solo son 315 páginas y los seguimos por un periodo de tiempo muy corto, un verano y aunque tenemos flashbacks de lo que es su vida dentro de la isla, me quedé con ganas de más, de saber más sobre Elena y Joaquin, de su relación, de su entorno y claro, de Caridad (estoy seguro que ella podría tener un libro entero solo, dolería como el demonio, pero creo que transmitiría un mensaje muy poderoso). En realidad, esta es una simple queja personal, porque si tuviera trescientas páginas más yo las habría leído con todo el gusto de la vida, jaja. Simplemente no puedo aceptar que terminara. Y sé que esta reseña no tiene nada de sentido, pero es lo que puedo ofrecer sin ponerme a llorar, jaja.

En resumen, Las mentiras de la Isla Mariposa, es una historia con personajes increíblemente bien construidos, con mucha crítica social, que trata varios temas delicados y que te quitará el aliento por lo realista que llega a ser. Suponía que me iba a gustar, pero no esperaba que se convirtiera en lo mejor que he leído este año.
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