Magia, hadas, brujas... es difícil conjugar todos estos elementos si pretendes hacerlo para un público adulto. Richard Matheson lo consigue solo en parte mediante una narración cargada de momentos eróticos en la que el protagonista resulta (gran pecado) el elemento más insulso de toda la novela. A pesar de ello, la novela está muy bien editada, se lee con mucha agilidad y tiene grandes momentos, como la conversión de la señora del bosque cuando descubre que el protagonista no le está siendo fiel. El estilo narrativo tampoco ha sido el más acertado, puesto que está narrado desde la óptica de un señor que, en su senectud, se atreve a contar aquellos sucesos tan extraordinarios (y reales) que le sucedieron cuando solo contaba con 18 años. El problema es que el narrador interviene demasiado en la narración, haciéndola confusa, a veces, y repetitiva, otras veces. Cosas tipo "recordad que era joven e inexperto" o "no estoy seguro de si pensé esto, pero creo que sí". Sin duda, no es el mejor Matheson que he leído, aunque resulta un libro interesante, ameno y fresco. + Leer más |
Hay muchas películas, videojuegos, cómics y novelas que hablan sobre pandemias y apocalipsis. Pero hubo una que influyó notablemente en la ficción zombi y en el género de vampiros, y que popularizó el concepto de apocalipsis basado en una pandemia mundial. Una novela que influyó en directores de cine como Steven Spielberg y en Geroge A. Romero, y en escritores como Stephen King.
Ana Ballabriga nos habla en este capítulo de “La gota de sangre” sobre Soy leyenda de Richard Matheson.