Vamos, nena, que te comen la merienda

Solo había leído un cómic en mi vida: Maus. Lo tuve que leer para clase hace ya 4 años y desde entonces, no había vuelto a tocar uno. Pero cuando se me plantó la oportunidad de leer este no lo dudé y decidí lanzarme al mundo del cómic (otra vez). Lo empecé con muchas expectativas y lo cierto es que no me ha decepcionado.

Me parece que es muy natural. No dulcifica los problemas ni tampoco los fuerza, simplemente deja que sucedan. Se ríe de todas las generaciones pero las da un nexo común: la liberación de la mujer. Aquí no hay príncipes azules que vienen a rescatar a la princesa de sus dramas ni hombres que acaban siendo los protagonistas. Ni tan siquiera son los ídolos de las adolescentes. Abuela, madre e hija luchan, a su manera, por su libertad y por poder hacer lo que quieran.

Lo cierto es que me he reído muchísimo leyéndolo y me ha parecido una historia habitual pero contada de otra forma, con nuevos puntos de vista. Quizá no he sabido plasmar todos sus puntos fuertes en la reseña pero, de verdad, es totalmente recomendable para pasar un buen rato.
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