En las últimas semanas he descubierto una afición por la novela histórica que ni yo mismo sabía que tenía. Cuando elegía una novela del género habitualmente me quedaba entre los siglos XVIII y XX, pero ahora he comenzado a viajar más atrás en el tiempo, y ‘Reina de sangre' ha sido una aventura más que interesante. En ella, Javier Mas nos transporta a la convulsa segunda mitad del siglo XIV, una época donde las luchas por el trono de Castilla, las ambiciones desmedidas y las intrigas políticas y eclesiásticas están a la orden del día. En el tumultuoso escenario de Nájera, Castilla, España, en el año 1367, la intriga y la ambición desatan una cruenta batalla por el trono. Enrique de Trastámara, hermanastro de Pedro el Cruel, se ve derrotado ante las tropas de su rival. Sin embargo, en medio del caos y la desesperación, surge una figura inesperada: Juana Manuel de Villena, esposa de Enrique, quien emerge como una guerrera implacable decidida a reconstruir el bando enriquista y conquistar la Corona. Con valentía y determinación, liderará ejércitos en feroces batallas mientras busca el respaldo de una fuerza ancestral: el Santo Grial. Con un enfoque histórico detallado, pero accesible para el lector, Mas nos presenta una novela que logra atrapar al lector por su narración ágil, unos diálogos fluidos y un lenguaje cercano que hace que hasta los temas más áridos se digieran con facilidad. La protagonista, Doña Juana Manuel de Villena, es un personaje que brilla con luz propia. Alejada del estereotipo de la mujer sumisa de la época, Juana es fuerte, decidida y no duda en tomar las riendas de su vida, demostrando que no está por detrás de su marido, sino que se encuentra a su mismo nivel en poder e influencia. En ella confluye la eterna contradicción entre el corazón y la razón, una lucha interna que, en su búsqueda de justicia, nos dejará vislumbrar alguna de sus debilidades. La narración se ve interrumpida por fragmentos de una entrevista en la que, a través de los ojos de Mencía, doncella de Doña Juana, el autor ofrece una mirada íntima y realista de la sociedad de la época, marcada por una rígida estructura patriarcal en la que las mujeres eran sometidas a una opresión constante. Mencía nos permitirá conocer más a Juana al tiempo que nos revela sus deseos y aspiraciones. La primera mitad de la novela es, en mi opinión, la más lograda. Aquí, Más construye una atmósfera cargada de tensión y peligro, situándonos en el centro de las luchas de poder que marcaron el reinado de Castilla. La narración se centra en un hecho concreto, lo que permite al lector sentirse como un participante más en la batalla por el trono entre Pedro I, el Cruel, y su hermanastro Enrique de Trastámara en 1367. La recreación de esta batalla y sus descripciones permiten vivir la intensidad del momento. Sin embargo, para mí la segunda mitad pierde algo de fuerza. En ella el foco narrativo se desdibuja un poco, con saltos temporales abruptos y escenas que, aunque interesantes, carecen de un hilo conductor que las vertebre, pareciendo más una serie de viñetas aisladas de los últimos años de los personajes. La novela presenta una trama secundaria de misterio que, gracias a una peculiar investigadora, añade un toque de intriga adicional a la historia. Sor Lucía es una figura enigmática dentro de la novela, y en ella confluyen todos los elementos necesarios para convertirse en un personaje atractivo para el lector. ‘Reina de sangre' se distingue por su capacidad para integrar temas históricos complejos como el Cisma de Occidente y la influencia de la Iglesia de manera clara y comprensible. Lejos de lo que uno podría esperar en una novela de género histórico, los diálogos predominan sobre las descripciones, lo que confiere a la narración mucha agilidad y hace que sea una fantástica opción para acercarse a un tiempo y un episodio de la historia medieval quizás no tan conocido para el público general. + Leer más |
Reunidos desde 2016 para abordar el repertorio escrito para la formación, tanto por los compositores consagrados como por las figuras de la música actual, sus actuaciones suelen integrar desafíos performáticos. El trío establece una comunicación con el público que brinda un carácter dinámico a sus presentaciones, apostando a la inclusión de nueva audiencia, de todas las edades, al mundo de la música académica.
En este concierto, en el marco del Mecenazgo Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, se ejecutan dos obras comisionadas por el MAS TRIO: una de Guillermo Zalcman y la otra de Jean-Christophe Rosaz, sumando vibráfono y percusión al trío. El programa se completa con una obra tradicional para esta formación, el Trío de Darius Milhaud.
Intérpretes
Costanza Goldenberg Thiery: violín.
Marina López: clarinete.
Javier Mas: piano.
Músico invitado Gabriel Waisbein en vibráfono y percusión.