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No había leído antes a esta autora, no será la última obra, me gustó y me entretuvo mucho. La lectura es fácil, la trama interesante, muchos personajes, pero bien definidos. Una muchacha muere asesinada después de una fiesta en su casa. Con sus compañeros de escuela y en ausencia de sus padres. Un sospechoso hasta las manos, la policía lo detiene pero el juez ordena sea puesto en libertad con tobillera electrónica. Segundo sospechoso, un vecino con discapacidad cerebral, que lo vió todo, sabe quien fue pero no lo conoce, es corpulento, como él. Su declaración dejaría libre definitivamente al sospechoso uno. Tercer sospechoso, sería el ideal, pero el libro terminaría demasiado pronto. Pero que pena, los otros dos son amables. De cualquier manera, su coartada es impecable. Por fin la hermana de la chica asesinada, fortuitamente, más allá que estaba en contacto y contribuía con personal de la fiscalía, empieza a investigar un mensaje muy sospechoso que recibió el día de los hechos. Empieza el final, yo no sólo no descubrí al culpable sino que pensé que era otro. Una lectura amena para quienes gustan del suspenso, y nos deja satisfechos, los buenos triunfan, el malo recibe su castigo. |
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