Si la tengo que definir de alguna manera diría que es diferente, pero ideal para esta época. Se trata de una novela de misterio con ciertos rasgos que la hacen original y fuera de las clásicas novelas de misterio. En este caso no hay signos de violencia ni muertes, aquí la principal desaparición es la del árbol que estaba destinado a ser expuesto en el Rockefeller Center de Nueva York. Aunque también desaparece una mujer, este acontecimiento no es el hilo conductor de la trama. En cuanto a los personajes, en este libro encontramos una gran variedad de rasgos y de personalidades. Así, algunos me han parecido divertidos y torpes, y se alejan del tradicional patrón que suelen tener los ladrones o los secuestradores. Otros encajan a la perfección con personas curiosas que, por habilidad o casualidad, acaban resolviendo misterios. La novela está estructurada en 39 capítulos y un epílogo, todos ellos muy breves. Además, está escrita de forma sencilla y no utiliza para nada un lenguaje enrevesado, lo que hace que se lea con mucha agilidad y que te sientas como un testigo directo de los hechos. En general, diría que es una novela ideal para ser leída en Navidad, pero que tiene un argumento muy ligero y de la que no se pueden esperar grandes giros ni un halo de misterio. |