Lenguaje del cine

G. A. Smith, escribe Sadoul, lleva a cabo una evolución decisiva en el cine. Superó la óptica de Edison, que es la del zootropo o del teatro de marionetas, la de Lumiere, que es la de un fotógrafo aficionado que anima sólo una de sus pruebas, la de Mélies, que es la de profesor de orquesta. La cámara, entonces, se ha vuelto móvil como el ojo humano, como el ojo del espectador o como el héroe de la película. De ahora en adelante es una criatura movible, activa, un personaje del drama. El director impone sus distintos puntos de vista al espectador. El profesor de orquesta se eleva en una alfombra mágica.

Los encuadres constituyen el primer aspecto de la participación creadora de la cámara en la filmación de la realidad exterior, para transformarla en materia artística. Se trata de la composición del contenido de la imagen, es decir, del modo como el realizador desglosa, y llegado el caso organiza, el fragmento de realidad que presenta al objetivo y que se volverá a ver idéntico en la pantalla. La elección del material filmado es el estadio elemental del trabajo creador en cine: el segundo punto es la organización del contenido del marco que ahora nos ocupa.

La imagen cinematográfica es una realidad estética con valor afectivo, de ahí que la función creadora de la cámara tenga que ser fundamental. El cine nos da de la realidad una imagen artística, nos la sublima de manera ya reconstruida, ya sea sensual o intelectualmente.

Las características esenciales del cine son: intensidad, intimidad y ubicuidad, además del sentimiento de realidad y de la unidad dialéctica entre lo irreal y lo real. Y dentro de lo técnico, los movimientos de la cámara, sus angulaciones y desplazamientos. La ubicación certera del tiempo y del espacio como factores determinantes en esa transposición de lo real a lo imaginario. Las funciones implícitas tales como: sonido, música, diálogo, iluminación, decorados, color, intérprete, vestuario, metáforas y símbolos.

El cine, con los Lumiere, fue primero espectáculo o simple reproducción de lo real, pero poco a poco, con los demás pioneros, fue convirtiéndose en lenguaje, es decir, en el medio para llevar un relato y para vehiculizar ideas, hasta llegar a convertirse en un lenguaje y un ser, gracias, repito, a cada realizador que ha ido impregnándole de su estilo. De ahí que Jean Cocteau, ese maravilloso opiómano y escritor francés, le llame a una película la escritura de las imágenes.