La niña que hacía cosquillas a los aviones

Un libro fantástico para leer a tu hijo antes de su primer vuelo. Con el que puede fantasear con todos los entresijos de un aeropuerto y las cosas que allí se puede encontrar. ¡¡Puede que hasta le quite el miedo a las odiosas turbulencias!!

Es un libro corto que se lee en un ratito, pero con unas ilustraciones muy bonitas e imprescindibles, ya que el texto es bastante escaso.

La verdad es que me hubiera gustado que fuera un poquito más largo.

Estoy deseando contárselo a mi hija antes de su primer vuelo. Espero que le gusta tanto como a mi.

Bibi va a realizar su primer viaje en avión, para visitar a sus abuelos, y sus padres la preparan para que conozca todos los entresijos del viaje, tanto en los preparativos previos como la visita al aeropuerto y, finalmente, el vuelo.
De esta manera, de la mano de Bibi, los más pequeños de la casa aprenden que hay que preparar las maletas adecuadas, que en el aeropuerto hay que pasar un arco, saludar a un policía y dejar que se lleven las maletas para que las metan en la panza del avión. En el avión Bibi conoce la importancia del cinturón de seguridad y que las turbulencias son, en realidadlos movimientos que hace el avión cuando le haces cosquillas.
Con “La niña que hacía cosquillas a los aviones”, Ricardo Martín nos muestra, con unas ilustraciones sencillas y sin muchas florituras, una vivencia personal que será de mucha ayuda a familias que afronten el primer vuelos de los más pequeños. Una lectura recomendable para esas familias que quieren darle seguridad a su niños pequeños frente a un vuelo próximo, ideal para que conozca los aspectos relacionados con la seguridad y que anticipe vivencias. ¡FELIZ VUELO!

Gracias a la editorial y a Babelio por mandarme el libro. Contado desde el punto de vista de la niña, con los consejos y enseñanzas de sus padres, convirtiendo el viaje en avión en toda una experiencia y aventura inolvidable siendo además de un viaje un juego lleno de historias y personajes. Las ilustraciones ayudan un montón a la comprensión del texto siendo frescas y divertidas. Creo que la próxima vez que viaje en avión me acordaré de Octopus y las cosquillas a las molestas turbulencias. Sin dudarlo leerlo con los peques y no tan peques, una buena forma de acercar el avión y un aeropuerto, para alejar el miedo a la altura y lo desconocido.