La paloma de Ravensbrück

La novela comienza con la infancia de Neus en Guiamets, Tarragona. Unos años marcados por la pérdida, el trabajo duro en el campo y sobre todo la unión familiar. Pronto Neus comienza a despuntar como una chica con un gran carácter que sabe lo que espera de su futuro. Quiere convertirse en enfermera y poder ayudar a los demás. Pero también comienza a relucir su vena más política. Cuando se proclama la Republica se forma las Juventudes Socialistas Unificadas de Catalunya y Neus se une a ellos. Poco después de graduarse decide alistarse como enfermera en una milicia pero el gobierno decreta que la exclusión de las mujeres en la Guerra Civil y en 1939 decide marcharse a Francia huyendo de la dictadura de Franco.

Es aquí donde comienza el verdadero periplo de Neus. Pronto se ve a cargo de alrededor de 180 niños huérfanos. Niños por los que lucha con ahínco consiguiéndoles comida, abrigo y sobre todo un techo donde poder refugiarse del frío. Es ahí donde conoce a Albert del que se enamorará y en los albores de la Segunda Guerra Mundial colaborarán mano a mano con la Resistencia Francesa.

Todo cambia cuando Neus es denunciada por un hombre afín al nazismo y es detenida en 1943, pasa un tiempo en un campo de concentración que casi acaba con su vida. Es allí donde comienza a ser consciente realmente del horror que se desarrolla a su alrededor. de la humillación, de la desnutrición y brutalidad con la que los nazis y sus aliados tratan a las personas allí encerradas.

Un año después es deportada al campo de concentración de Ravensbrück, ubicado al norte de Alemania es un campo nazi exclusivo para mujeres donde fue obligada a trabajar en la industria del armamento junto a otras mujeres deportadas como ella.
En Ravensbrück Neus comenzó a crear lazos con otras mujeres llegadas desde distintos países. Todas luchaban contra la guerra de la mejor forma que podía. El campo las lastró anímica, mental y físicamente. Pronto muchas de ellas comenzaron a enfermar o incluso morir por los terribles castigos a las que la sometían los nazis, la mayoría de las veces por pura diversión.

Pese a todo este horror cualquiera cabría pensar que estas mujeres tirarían la toalla y se dejarían ir, pensando que no habría más futuro para ella que la muerte. Pero no. Neus y sus compañeras decidieron utilizar su trabajo en la fábrica de armamento para boicotear dichas armas. Las inutilizaban, de esta forma conseguían no colaborar con una guerra tan horrorosa que había sesgado la vida de tantísimos inocentes.

Neus y algunas de sus compañeras fueron liberadas del campo algún tiempo después. Neus no regresó a España hasta la muerte de Franco pero todo el tiempo estuvo luchando por sus ideales desde el país vecino.

Me ha gustado mucho conocer de primera mano la historia de Neus Catalá. Tengo que reconocer que no somos del mismo pensamiento político. Como bien retrata la novela ella era comunista y luchaba incansablemente por sus ideales. No voy a ponerme a hablar sobre política, como digo sus ideales y sus pensamientos políticos no son los míos pero eso no quita que, tras leer su historia, Catalá me parezca una mujer digna de admiración.

Creo que todas aquellas personas que tuvieron que pasar por la persecución, la perdida injusta de sus familiares, por el ingreso en campos de concentración, soportar los trabajos forzados, la falta de alimento y la brutalidad de los soldados se merece toda la admiración y respeto del mundo.

Como punto negativo sólo podría decir que no me ha entusiasmado la forma en la que la autora, Carme Martí ha relatado la historia. Pasaba del presente (Neus falleció en Abril de este año) al pasado sin diferenciarlos y en ocasiones me he sentido bastante perdida ya que te saca abruptamente de la escena que estás leyendo en ese momento.
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