En esta cuarta novela, Alleyn debe investigar la muerte por envenenamiento de una mujer, miembro de una secta religiosa. Con una muy buena ambientación y un reducido grupo de sospechosos bien caracterizados, nos encontramos con una novela de misterio al estilo tradicional, que refleja, además, los estereotipos y prejuicios propios de la época en que fue escrita.
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