La tristeza tiene el sueño ligero

No hay nada eterno, ni siquiera un hijo, ni siquiera el más poderoso de los amores, que pueda curarte de ti mismo. Solo tú puedes hacerlo, solo tu profundo yo.

A veces, el pasado viene a susurrarte algo al oído solo para ayudarte a cambiar el presente.

Es estar sexualmente reprimidos lo que nos vuelve la especie más agresiva del planeta.

Hablemos claro: si hay algo que da realmente miedo, es la felicidad. Nunca
sabes cuándo llega. Y, sobre todo, cuándo se va.

Es verdad, el pasado no se puede arreglar a nuestro antojo. Pero, al menos, podemos aprender de nuestros errores para no repetirlos; para no involucrar
cada dos por tres al destino que, en realidad, va siempre un paso detrás de
nosotros y se alimenta de las equivocaciones que dejamos por el camino.

(...)el amor necesita de continuas comparaciones, cuidados recíprocos y presencia, pero con frecuencia es la ausencia la que hace surgir efectos inesperados.

Cuantos más muros levantes, menos luz entrará en tu vida.

Enamorarse es el mayor acto de confianza que pueda existir entre dos extraños.

Algunas personas se pasan la vida entera a tu lado y ni siquiera te das cuenta, otras te rozan apenas un instante y se te quedan grabadas para siempre.

Cuanto más nos encerramos, antes nos encuentra el dolor.