El rastro de un susurro

La vida de Alan da un cambio absoluto cuando su casa arde y su mujer fallece en ese incendio. En ese momento James, un antiguo amigo al que hace tiempo que no ve, le dará cobijo en su casa junto a Data, su compañero de piso. La trama avanzará entre la búsqueda de pistas por parte de Alan, guiada por unos sueños recurrentes que le persiguen, para descubrir lo ocurrido y demostrar su inocencia. Su avance es ágil y nos da pié a ir formando nuestras propias teorías, algo que me gusta en este tipo de libros. También contiene giros interesantes que van transformando esas teorías mientras nos da más información. En cuanto al final, en mi opinión, es una buena conclusión.

En cuanto a los personajes, Alan se siente confuso y dolido pero tendrá la fortaleza necesaria para seguir adelante y luchar por saber la verdad. James es un periodista en una revista de cotilleos y no está contento con ello, también tiene mucho éxito con las mujeres. Es un personaje que no he llegado a entender del todo por su actitud. Sin embargo, Data, el informático gamer que tiene como compañero de piso, me ha resultado muy agradable desde su primera aparición. A lo largo de la historia aparecerán más personajes pero creo que definirlos quitaría misterio a la historia.

Por último, me ha gustado la forma en la que escribe el autor: con detalles pero sin excederse, para engancharte en la lectura. Hay algún momento algo explícito que quizá sea crudo, pero al estar centrado en este género le sienta bien a la historia.