Trate de leerlo lo más lento que pude y fue una gran decisión. El libro esta construido de una manera deliciosa, dinámica y divertida, donde el velo de la magia y lo real se difuminan y te rodea de una atmósfera mágica. Sus personajes tienen sus personalidades bien definidas y maneja una buena química entre estos. Las situaciones y escenarios se van construyendo de a poco hasta llegar a puntos de verdadera angustia, felicidad y hasta excitación. Su manera de hablar sobre religión es de lo que más me ha gustado, pues expresa puntos validos y que demuestra lo grosero, que siempre han sido, las religiones abrahamicas. Obviamente tiene sus puntos débiles, los personajes masculinos están bastante desdibujados (aunque se nota que esto es intencional) y muchos son bastante olvidables. El personaje de Igraine me gustaba mucho al inicio, pero toda su genialidad y fuerza se ven eclipsadas por el Pendragon, al punto que sus hijos no son de su interés, lo que ella es al final me parece triste y no la veo ahí, no tiene congruencia de quien es ella al inicio y quien es al final. Y este punto es para mi lo peor del libro, teníamos un buen personaje que queda hecho una gran mierda; no tengo esperanza para este personaje en los siguientes libros. Seguiré con la saga porque Morgana se ha convertido en una de mis protagonistas favoritas de toda la literatura |