La ciudad y los perros

La novela de Vargas Llosa «La ciudad y los perros» es una narración excelente, que cuenta la vida de muchachos internos en un colegio militar, que deben soportar el encierro sin tener mucho contacto con el mundo exterior, por eso deberán a aprender a vivir con los demás, tolerándose unos a otros.

Vargas Llosa no tarda en atrapar al lector con esta historia, pues no pasa mucho tiempo para que suceda un acontecimiento que cambiará el rumbo de las vidas de los internos, la cruel muerte de uno de ellos marcaría la existencia de los estudiantes, sobre todo la del protagonista, «El poeta».

En medio de los castigos por parte de los oficiales del colegio y la falta de contacto con el exterior, «El poeta» quiere descubrir las circunstancias de la muerte de su compañero y por ende al asesino, si es que en realidad lo hubo, pero se puede ver la cobardía y olvido frente a un crimen cuando el colegio negligente prefiere dar la muerte como un accidente trágico, pero en el protagonista quedan las sospechas de si la muerte tendría algo que ver con el robo del examen y el haber delatado al ladrón.

Las fuerzas de la negligencia y la cobardía terminan por imponerse, y «El poeta» en un acto de temor elige cubrirse y no seguir con las indagaciones de la muerte de su compañero, prefiere callar a hundirse y con ello olvidar para siempre un crimen y dejar impune a un posible asesino.

Vargas Llosa dibuja una realidad en la que existen dos mundos, por un lado se encuentra el colegio militar y por otro la ciudad, el primero representa un microcosmos en que se ven reflejados los roles sociales de cualquier comunidad, además de ser una prisión para sus internos. Mientras, la ciudad representa la libertad que anhelan los internos del colegio, librarse de ese mundo lleno de restricciones y malos tratos, aunque, Vargas Llosa hace una analogía inteligente entre el microcosmos que es el colegio y la sociedad de la ciudad, los personajes no parecen ver que los dos ambientes son en realidad lo mismo, tanto uno como el otro tienen reglas que se tergiversan y se moldean según los pensamientos de quienes ostenten poder, de impotencia en los desprotegidos y demás vicisitudes que plagan las vivencias en sociedad, siempre recordando que existen «perros» deseosos de libertad.

Es así que el colegio es un micro mundo que refleja la sociedad, en donde la corrupción es latente y la manipulación es más poderosa que la verdad, una bella historia que muestra lo triste que pueden ser los actos humanos, y de cómo se puede deshumanizar el hombre cuando es aislado y puesto en situaciones extremas. «La ciudad y los perros» es una novela que no defrauda aún con su final injusto, pero que se le va hacer si así es la vida, trágica y cruel, llena de hipocresía y apariencias.
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