Mañana en la batalla piensa en mí

"Vi entonces su nuca que no había visto nunca, con el pelo algo levantado y algo enredado y algo sudado, y calor no hacía, una nuca decimonónica por la que corrían estrías o hilos de cabellos negro y pegado, como sangre a medio secar, o barro, como la nuca de alguien que resbaló en la ducha, y aún tuvo tiempo de cerrar el grifo."

Como siempre en las novelas de JM, sus comienzos suelen ser antológicos, involvidables y se quedan ya grabados en la mente del lector. En Mañana En La Batalla Piensa En Mi, Victor Francés se encuentra con una muerta entre los brazos, y no es spoiler porque es exactamente la primera frase de la novela:

“Nadie piensa nunca que pueda ir a encontrarse con una muerta entre los brazos y que ya no verá más su rostro cuyo nombre recuerda”.

Marta Téllez está casada y con un hijo de dos años, cuando muere en brazos del que podría haber sido su amante, y digo que podría haber sido, porque apenas la conoce cuando ella le invita a cenar a su casa con la intención de serle infiel a su marido, pero Marta muere inesperadamente y Victor se encuentra en una situación totalmente aterradora en un apartamento donde el hijo de dos años de Marta duerme en la habitación vecina. Desde luego es un comienzo que a mi me parece apoteósico porque a raíz de aquí la mente de Victor, al más puro estilo Javier Marías comienza a hilvanar historias relacionadas con Marta porque apenas la conoce y no sabe de su vida y por supuesto inventa e intenta rellenar los huecos y sin embargo, a medida que intenta escapar de esa situación embarazosa, también se siente fuertemente atado a la que ya es un fantasma: su curiosidad, sus ganas de saber más sobre Marta y los que la rodean le hace hasta acudir a su entierro, a espiar por las ventanas y a seguirle las pisadas a su familia. Victor se refiere a su obsesión como a una especie de encantamiento del que no se puede liberar.

"Hay un verbo inglés, to haunt,, hay un verbo francés, hanter, muy emparentados y más bien intraducibles, que denominan lo que los fantasmas hacen con los lugares y las personas que frecuentan o acechan o revisitan; también, según el contetno, el primero puede signficar encantar, en el sentido feérico de la palabra, en el sentido de encantamiento..."

(…)

"y me siento como si estuviera bajo un encantamiento, frecuentado, acechado, revisitado, habitado, mi cabeza habitada y también mi cuerpo habitado y haunted por quien no he conocido más que en su muerte, y en algunos besos que nos podríamos haber ahorrado."

En esta novela, Victor Francés no deja en ningún momento de volver una y otra vez la vista hacía atrás revisitando el pasado, un pasado que le hace vivir varias vidas, y cada vez que rememora ciertos momentos del pasado (una y otra vez) es como si los estuviera viviendo de nuevo, y con él el lector. Esa memoria quizás le juegue malas pasadas por eso digo lo de vivir varias vidas: cada vez que revisita ese pasado, el lector es el testigo de su especulación mental con nueva información.

"...porque tantas cosas suceden sin que nadie se entere ni las recuerde, o todo se olvida y prescribe. Y cuan poco va quedando de cada individuo en el tiempo inútil como la nieve resbaladiza, de que poco hay constancia, y de ese poco tanto se calla, y de lo que no se calla se recuerda después tan sólo una mínima parte, y durante poco tiempo: mientras viajamos hacia nuestra difuminación lentamente...".

No voy a comentar aquí todas las referencias y las ideas de Shakespeare,cinéfilas y literarias que iluminan de alguna forma esta novela como no podía ser menos viniendo de quién viene, es mucho más divertido descubrirlo por si mismo qué que te lo cuenten en una reseña, pero si que es cierto que la referencia shakespeariana del fantasma del que bebe aquí el autor, me ha fascinado. No solo Victor Francés está hechizado o encantado por un fantasma, sino que él en si mismo es un fantasma (un escritor fantasma, un negro que trabaja para otro negro…) y mientras leía la novela con Victor Francés recorriendo las calles madrileñas oteando tras escaparates, ventanas o siguiendo figuras femeninas caminando o desde el coche (como uno de estos acosadores o voyeurs), me lo imaginaba como un fantasma y no sé porqué es una sensación que me hizo rememorar una pelicula que aunque no tiene nada que ver con esto pero sí que me transmitió las mismas sensaciones del fantasma que rememora y se pasea por habitaciones o calles vacías: India Song de Marguerite Duras.

Otra novela más de Javier Marías que me ha fascinado porque las obsesiones y los temas de JM me interesan y me envuelven; aquí no hay nada gratuíto sino que la memoria revisitada una y otra vez por Victor Francés tiene una finalidad y un objetivo marcado por Marías: referencias, pistas y alusiones repetidas una y otra vez, siempre en pos de la búsqueda de una verdad.

"Es cansado moverse en la sombra y espiar sin ser visto o procurando no ser descubierto, como es cansado guardar un secreto o tener un misterio...".
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