Con una excepcional y elegante narrativa, la autora nos traslada a Rota a través de las voces de Patria y Sasha en primera persona, pasado y presente, y también en tercera persona cuando nos cuenta la subtrama de los años 50 que influirán en lo que está ocurriendo en el presente, empezando por el asesinato de Diana Buffet a quien le han arrancado los pechos, le han cosido la vagina y le han colocado unas alas. Una trama durísima con escenas que consiguen su propósito, estremecerte. La fuerza reside, no solo en los giros argumentales y en lo inesperado que resulta el final, sino también en Patria, un personaje con un pasado turbio que el lector irá descubriendo a cuentagotas, adicta a autolesionarse. Sasha también me ha encantado. Todos tienen su historia. Su momento. Y merece la pena descubrirlo. Lectura muy recomendable. |