Los Fragmentos del Destino

Este otoño he descubierto a María Viqueira, una autora a la que ya conocía por redes sociales pero a la que nunca había leído y la verdad es que no sé por qué he tardado tanto. Algo me decía que me podía gustar pero no me imaginaba que me pudiera llegar a encantar de este modo. Estas semanas hemos continuado con la lectura conjunta de esta trilogía de fantasía juvenil, que me propuso Escarlata Ediciones hace unos meses y bendita la hora en la que acepté. Si sentís curiosidad podéis pasaros por el hashtag #LCLosFragmentosDelDestino en Twitter para que veáis nuestros comentarios a medida que vamos leyendo o si lo preferís, podéis pasaros por la reseña de Hermandad de la Nueva Era pero podéis leer tranquil@s porque no habrá, en la medida de lo posible, ningún spoiler de la primera parte sino sólo comentarios relativos a algunos aspectos en general.
En esta segunda parte, la trama deriva hacia prácticamente un único escenario: Llyverard y alrededores, porque se centra casi exclusivamente en las hechiceras y en todo lo que las concierne. A mí me ha encantado poder profundizar en su modo de vida, en sus costumbres, en su historia y en su forma de ver la guerra que se avecina, la manera que tienen de relativizar los problemas de Thánator con respecto a sus propios problemas, y cómo les afecta que Nalia se encuentre ahora entre ellas. Prácticamente desde que empieza el libro y quitando un par de escenas de transición entre la primera y esta segunda parte, las hechiceras hacen su primera aparición y poco a poco podemos ir viendo su día a día, los estudios en los que se tienen que formar, las tradiciones que tienen que mantener para poder mantener su número como especie (dado que son pocas y sólo son mujeres) y otros problemas que va descubriendo Nalia a medida que se integra (o lo intenta) en su modo de vida.
Por su parte, Nalia Nemerston se está convirtiendo en una de mis protagonistas favoritas por su personalidad rebelde, su sarcasmo juvenil y su sentido del deber. La mayoría de las veces no comparte tradiciones o creencias pero las respeta porque entiende lo importante que es para el resto de sus acompañantes y aunque sigue buscando encontrar su propia identidad, no se olvida de sus amigos e intenta cumplir con su obligación como hechicera. Pese a sus dificultades para compaginar todo lo que eso conlleva, sus sentimientos están revolucionados por los acontecimientos de la primera parte, no sabe de quién puede fiarse y no puede olvidar (ni perdonar) lo ocurrido. Además, quitando a “el chico” y “el villano”, el resto de personajes importantes que se mueven a su alrededor son mujeres poderosas con papeles muy relevantes, como las hechiceras que conoce en Llyverard o antiguas compañeras como la sacerdotisa Eliza o la guerrera de élite Nesha, por lo que toda la novela tiene un marcado corte femenino con una fuerza tremenda, de uno y otro bando.
En El nexo se retoma la trama con los mismos personajes que ya conocemos aunque se incluyan unos cuantos más. Y si ya creía que l@s secundari@s en la primera parte eran alucinantes, en esta no puedo menos que quitarme el sombrero por la construcción de personalidad que tienen tod@s ell@s. Es admirable cómo la autora nos muestra cómo es cada un@ de ell@s con breves apariciones, en muchos casos de uno o dos capítulos. Si acaso, lo que menos me ha gustado ha sido la reaparición del romance, que aunque sólo dura unos cuantos capítulos hacia el final, el paternalismo del tipo “Quita, que es por tu bien, ya te protejo yo, que tú no sabes” que tiene que soportar Nalia me ha puesto realmente de los nervios y ha hecho que uno de los elementos que componen trilogía me haya cojeado. Y la primera sorprendida soy yo, porque pese a lo que pueda parecer, la química que había en la primera parte fue una de las cosas que más me gustaron.
En cambio, no hay duda de que el punto más fuerte sobre el que se asientan todas las demás piedras es la base tan sólida que conforma el worldbuilding. María Viqueira ha creado un mundo maravilloso, un mapa con todas sus ciudades formadas en su imaginación pero que quedan completamente traspasadas al papel y una Historia, con H mayúscula, del pasado del país, de sus distintas épocas, de sus relaciones entre razas, de sus conflictos bélicos, de sus costumbres y tradiciones… que así dicho de forma rápida puede parecer abrumador pero podéis respirar porque la autora es tan sutil y el grifo de la información va cayendo tan progresivamente que se asimila todo a la perfección, además de que los distintos personajes se encargan de repetirnos muchas veces los datos más relevantes para no perdernos.
Algo que he notado con respecto a la primera parte es que el nivel de aventuras baja pero sube el de drama, sobre todo hacia la segunda mitad, y tengo que reconocer que no me esperaba el sufrimiento que se cuece lentamente en los últimos capítulos hasta la ebullición del final. Y todo se debe a que sin darnos cuenta, la autora va jugando con nuestros sentimientos y nuestras ilusiones para romperlas en pedacitos ¡puf! He tenido varios microinfartos en algunos cambios de escena y he tenido que releer algún párrafo para asimilar lo que había ocurrido, así que como suponéis, los plot twists son uno de los recursos que mejor utiliza María Viqueira a su favor. Por lo demás, su destreza para crear escenas que mezclan acción, pensamientos y emociones me tiene maravillada. Su toque personal me parece adictivo y con un ritmo increíble por la cantidad de cosas que ocurren en un breve lapso de tiempo sin que parezca precipitado y sin que nos aburramos en los capítulos de transición.
Como podréis imaginar por mis palabras, estoy completamente encantada con esta trilogía y mucho tiene que empeorar el estilo o las ideas que se desarrollen en la última parte como para que me decepcione. Viendo el camino que lleva María Viqueira casi puedo asegurar que no será así porque todo apunta a que nos ha estado preparando para un final de emociones fuertes. Por el momento, puedo estar contenta porque para mí esto sólo ha ido hacia arriba desde que empezó.
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