Uno de los primeros libros de María, que aún tenía sin leer. Si algo me gusta de ella además de su pluma, es ese humor que imprime en sus novelas y te hace olvidar en parte los lastres que arrastran sus protagonistas, en este caso, Marta y Toni. Cada uno tiene su tragedia personal, pero si a esto le añadimos el momento "David el muerto", todo se aligera y no puedes evitar sonreír. Me ha hecho pasar unas horas desconectada y viviendo en el mundo María Ferrer, que siempre es un lugar agradable. |