Brumas del pasado

Helena es una mujer felizmente casada, con dos hijas, ama de casa y aparentemente feliz. En una fiesta medieval  tiene un encuentro con una anciana que le vaticina cambios, y es así como partir de ese momento ocurren cosas inesperadamente que le dan un vuelco a su vida, y a la vez que Helena tiene que ir adaptándose y reponiéndose a su nueva situación empiezan a aparecer recuerdos que tenía olvidados, y que la motivan a investigar sobre su pasado.


Es una lectura mágica, en la que la autora ha sabido conjugar la cotidianidad de la vida de Helena con una trama de misterio e intriga relacionado con la mitología griega, concretamente con el mito de Eurícide y Orfeo. Esta mezcla es adictiva.

Margarita nos presenta unos personajes cercanos, el punto fuerte de la novela bajo de mi punto de vista. Y nos engancha a través de unos diálogos y escenas muy bien narrados y reales que hacen que fácilmente te adentres en la lectura, incluso te sientas identificado con la mayoría de las situaciones.

Helena es un personaje principal fuerte, honesta, positiva, excelente madre y mejor mujer y amiga, y con la que te sientes a gusto. Me gustó mucho desde el principio, pero cuando va avanzando la historia me gusta más, sobre todo hay muchas escenas para aplaudirle. Unas conversaciones que me hubiera gustado meterme en el libro para poder haberlas vivido. Mi personaje favorito ha sido Maia, la hija menor, admirable carácter. Y Carmela, su cuñada, que aporta ese punto de locura y risas a la historia.


Los capítulos son cortos y la autora siempre lo deja en alto para que quieras seguir leyendo. Es uno de los pocos libros que he leído en mi vida en el que no hay ningún capítulo que se me halla hecho pesado o aburrido. Ninguno. El ritmo es pausado, pero sabe mantenerte enganchado a la historia de principio a fin. Además es de esos libros que comienzan de una forma y a los pocos capítulos te da un giro y te cambia completamente lo que tenías pensado que iba a ocurrir. Y eso me encanta.

La pluma de Margarita es preciosa, excelente combinación entre narración y diálogo y todo muy bien descrito, sin excederse en las descripciones para no perder ritmo, pero deteniéndose lo justo para que disfrutemos cada momento de la historia.


En cuanto al final, conociendo el mito griego y viendo cómo se iba desarrollando la trama sí que puede parecer algo predecible, pero Margarita consigue que los momentos sean mágicos y que nos quede buen sabor de boca. Además, esas últimas páginas me encantaron... Tenéis que leer este libro, estoy segura que lo disfrutaréis.