24 besos

Un hombre jamás olvida el olor de la mujer que ama. Tú olías a sol, a salitre, a flores frescas, a libertad. Recuerdo cada aroma y el tacto de tu piel. Cada curva, cada valle, cada recoveco. Jamás olvidé el momento en el que creía alcanzar el cierlo

A veces, hay que engañar a tu propio corazón para que siga latiendo.

A veces es más conveniente mentir para que te crean

-Alex, nunca lo entenderás, ¿verdad?
-¿El qué?
-Eres demasiado.
-¿Demasiado?
-Sí. Demasiado.

Lloré lágrimas de purpurina.

Más tarde me di cuenta de que la vida es una traidora que permanece agazapada para asestar el golpe que hará que toda tu existencia se tambalee definitivamente