Death row. El corredor de la muerte

El protagonismo en esta historia va a recaer en Dave Walker, aunque haya un personaje narrador en la historia. Walker es un ex policía que ha cometido un crimen y espera su ejecución en el Corredor de la Muerte. Junto este tenemos al doctor Wallace, el narrador de la historia, y Frank, uno de los guardias y amigo de Walker, entre otros. También conocemos a otros supervivientes, los distintos guardias de la penitenciaría y a algún que otro recluso.

La trama, en sí, no presenta ninguna novedad. En la ciudad, y posiblemente el mundo, se ha desatado una plaga de zombis. Estos son los típicos a los que estamos acostumbrados a ver últimamente (no aquellos que comen cerebros). Si te muerden, te arañan o tu boca entra en contacto con su sangre, estás muerto, amigo. Esto no es, para nada, un punto negativo, porque la historia está muy bien llevada, pero que muy bien, y la fuerza recae en unos personajes muy carismáticos.

Tampoco es una trama que se centra en qué ha pasado ni en el por qué. Es decir, prácticamente no vamos a salir de la penitenciaría (salvo en un capítulo). No hay comunicación y no sabemos el motivo de la pandemia zombi, ni si se ha extendido por todo el país/mundo, ni si hay cura, ni nada. Pero es que esto no es lo importante. La historia trata de las relaciones humanes ante esta catástrofe, cómo van a vivir la situación cada uno de los personajes y cómo se van a ir desenvolviendo. Es una historia con una fortísima carga de terror, de incertidumbre, de caos, de miedo y de una total angustia casi asfixiante (la peor parte es el estar incomunicados con el exterior), pero con un mensaje de esperanza al final. Una historia que va a mantener al lector en una constante tensión.

Los dibujos de este cómic tienen un estilo sucio, oscuro y muy realista. En sus páginas vamos a encontrar abundantes viñetas que, junto a una lectura atrapante y ágil, le da un toque más atractivo a este cómic. Podemos decir que esta obra mantiene un ritmo y una estructura muy cinematográficos y en ocasiones me ha dado la sensación de ver una película en lugar de estar leyendo. Son imágenes con una gran crueldad.

Por último, la edición es estupenda. Es una edición muy bien cuidada y de una gran calidad tanto en la tapa como en la impresión y en el tipo de papel. Este cómic acaba con un anexo lleno de diseños y bocetos de los personajes de la historia realizados en lápiz. Esto hace que esta obra tenga aún más calidad.

En conclusión, nos encontramos con un cómic que narra las vivencias y relaciones entre reclusos y guardias en una penitenciaría durante una pandemia zombi. Si bien la trama no es novedosa, la fuerza recae en unos personajes muy carismáticos y en una ambientación llena de miedo, angustia, incertidumbre y caos, con un toque esperanzador. Un cómic con un ritmo cinematográfico, unos dibujos muy buenos, realistas y cruentos y con una lectura atrapante y ágil. Una obra muy recomendable.

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