La larga vida de Marianna Ucrìa

Estamos en la primera mitad del s. XVIII, Marianna Ucrìa, es la segunda hija de una familia noble, Una experiencia traumática de niña la hizo enmudecer y cambió su vida ya que, para poder comunicarse aprende a leer y escribir y se convierte en una gran lectora. A los trece años la casan con un tío suyo y además de tener hijos enseguida, como se espera de ella, encuentra su lugar en un mundo propio. Su cambio comienza reconstruyendo y embelleciendo la casa de campo familiar, donde se instala, mientras su marido vive en Palermo. Lee a Hume y a Voltaire, se cultiva, disfruta con las cosas del espíritu y de esa manera se libera de las ataduras que la sociedad. El silencio la defiende, la protege y le permite moverse en un espacio dónde sólo deja entrar a quien ella elige. Ya viuda joven se enamora de un criado menor que ella, Saro, aunque lo aparta porque sabe que la relación es imposible y finalmente se va de viaje, lejos de los suyos para descubrir otros mundos.
La novela es una narración donde priman los sentidos, sobre todo destacan los olores. Aunque los primeros capítulos son lentos, tienen muchos detalle y son algo repetitivos, la novela gana y crece tanto, que deseamos que no termine y seguir conociendo la vida de toda la familia de Marianna.