El cementerio de los suicidas

Un acierto total!
Me ha parecido un libro muy interesante, como empieza todo a partir de un supuesto suicidio. Ha sido como leer dos historias en una, la de Don Íñigo en 1702 y la de Carmen Sotés en 1899. Esta contado en primera persona por ellos en capítulos alternos, con la forma de expresarse de la época de cada uno, tengo que admitir que tuve que buscar alguna que otra palabra que ahora está en desuso.
Me parece que la trama está muy bien ideada y enlazada, al principio no se ve la conexión entre ambas partes y poco a poco vamos conociendo datos según las investigaciones de Carmen y lo relatado por Iñigo para ir desentrañando el misterio. Los capítulos se hacen adictivos y cada vez se van quedando más interesantes, con lo que estas deseando avanzar para ver como siguen.
Se aprecia un gran trabajo de documentación de la sociedad de estas épocas, lugares, hechos y sus costumbres. Así como el desarrollo de la trama mezclado con hechos y personajes reales como la batalla de Vigo, el capitán Velasco o Emilia Pardo Bazán entre otros.
Los personajes me han gustado mucho, muy bien diferenciados ambos protagonistas, Iñigo es un capitán de mar, un hombre de honor, que cumple sus promesas, tiene carácter pero es un buen hombre y no se merecía ese final.
Carmen es una mujer enamorada, muy valiente, decidida y no tiene miedo a nada, su padre y sus enseñanzas la hicieron así de fuerte, me ha sorprendido el final en parte, no lo que sucede con Enrique, que no se el porque, pero me lo esperaba. Me ha gustado la actitud de ella, que no pierde la esperanza y aunque queda todo muy bien cerrado, me gustaría saber más en un futuro.
Sin dudas, un libro que recomiendo, he pasado muy buenos ratos de lectura, con aventuras en altamar, recorriendo España de norte a sur, con muchas intrigas, asesinatos misteriosos y una reliquia muy importante y poderosa que todos quieren encontrar.

Dos acciones bien diferenciadas en tiempo y lugar se van alternando en El cementerio de los suicidas. Por un lado nos vamos hasta La Habana a comienzos del siglo XVIII para participar en la expedición que va a traer de vuelta a España una gran cantidad de oro y de plata de la que está muy necesitada la nación.
Una parte que muy bien podríamos considerar como novela histórica, pues aunque algunos de los personajes de la misma son inventados, no lo es ni dicha expedición ni algunos sucesos que en ella se narran.

Por otro lado tenemos la historia de Carmen Sotés, que nos traslada al Madrid de finales del siglo XIX, en los últimos días de ese año que cierra el siglo. Un Madrid muy gris en un ambiente marcado por las lluvias que en aquellos días caían sobre la ciudad.
Una historia que nos habla de periodismo y de una vocación que no podía menos que sorprender a propios y extraños pues la mujer en aquellos años tenía muy difícil a cualquier tipo de profesión y el periodismo no era una excepción.

Dos historias muy diferentes pero que sabemos desde el primer momento que están condenadas a confluir. Que ese misterioso cofre que ha de traer el capitán desde La Habana está relacionado en la segunda historia con una extraña secta de adoradores del Arcángel San Miguel dispuestos a cualquier cosa por proteger su secta y el contenido del cofre a cualquier precio.


El cementerio de los suicidas está compuesto por dos historias, dos líneas argumentales en principio muy diferentes. Una parte que podríamos considerar como novela histórica y otra que está llena de elementos góticos y de novela negra. Difícil misión la de que las dos partes resulten de igual interés para el lector.
En mi caso me decanté casi desde el principio por la trama que transcurre en 1702 más que por la que ocurre a finales del siglo XIX, cuando más bien debería ser al revés, puesto que el desenlace sabemos que tendrá lugar en esta segunda historia.
La culpa de ello está en los personajes, pues si bien la personalidad del capitán de mar y de guerra me cautivó desde el primer momento, no puedo decir lo mismo de la periodista, con la que no terminé de empatizar. Tal vez, porque me parecía demasiado “pija”, demasiado preocupada por su vestuario cuando en el fondo no es esa su educación ni el mundo del que ha venido, hija de un empleado, no precisamente de la alta sociedad.
Curioso, porque esta segunda trama tiene elementos que sin duda son muy atractivos como es el periodismo, la lucha de una mujer por alcanzar puestos y sitios que en aquella época tenían el acceso muy restringidos a la mujer o la buenísima recreación de un Madrid de finales del siglo XIX que en todo momento llamó poderosísimamente mi atención.

A pesar de este freno, El cementerio de los suicidas es una novela con una trama ingeniosa y diferente, en el que combina elementos y épocas muy diferentes para envolver al lector en una doble aventura que le tendrá atado a sus páginas hasta un desenlace espectacular.

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Me ha encantado, le doy las 5 estrellas. Como siempre no resumo la historia que para eso está la sinopsis, y así evito destripar la historia.
Reúne dos géneros que me apasionan, novela negra y novela histórica, con su puntito aventurero. La historia transcurre en dos épocas distintas, pero bien enlazadas una con otra, al final confirmas esa conexión que sospechas.
Está narrado de una forma exquisita, y considero que muy bien documentado.
Cada vez que leía un capítulo quería más, acaban siempre haciéndote necesitar el siguiente. Lo he acabado y me queda un vacío, ese que te dice que se quedará en tu corazoncito para siempre.
Íñigo y Carmen, ya os echo de menos.

Terminé la lectura de El cementerio de los suicidas del escritor español Manuel Hurtado Marjalizo apenada al ver que ya se me había acabado. Tras su éxito La librería del callejón (que no he leído, pero sé que cosechó muy buenas críticas), su autor nos propone una novela histórica y, a la vez, una novela negra que no he podido soltar hasta el esperado final.

El cementerio de los suicidas son dos historias en una, ambas parecen inconexas en sus inicios, pero con el transcurrir de la trama averiguaremos que están entrelazadas. En 1899, Carmen desea convertirse en periodista y esto le llevará a investigar el suicidio de un librero. Además, deberá enfrentarse a la preocupante desaparición de su novio y a las inquietantes actividades de una sociedad secreta, la conocida como la Orden de la Mano Negra. En 1702, sabremos de las aventuras del ultramar del capitán Íñigo Galarza al que se le ha encargado traer desde La Habana un cofre para el rey. Ambas historias irán tomando un cariz oscuro y peligroso, y ambas tendrán nexo común: la Orden de la Mano Negra.

Me ha parecido un novelón de principio a fin. El trabajo histórico y documental es impresionante, así como la inteligente trama y que cada capítulo se vuelva cada vez más intrigante que el anterior. Desde luego, es de esas lecturas que se devora, aunque no sólo por el alto ritmo de la trama, sino además por la calidad narrativa de su autor que nos encandila con su prosa y nos atrapa sin posibilidad de escapatoria.

Viviremos infinidad de aventuras y peligros junto a Carmen e Íñigo, cada uno en su tiempo, y aún así tan próximos y cercanos para el lector (y entre sí). Recorreremos España, surcaremos los mares, averiguaremos un sinfín de datos interesantísimos (y sin aburrirnos) y sentiremos el aliento de los enemigos en la nuca.

El cementerio de los suicidas de Manuel Hurtado Marjalizo es una novela negra e histórica impresionante, muy bien documentada y escrita, con una trama inteligente y que te atrapa. Altamente recomendable para lectores de toda clase y condición.
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El cementerio de los suicidas de Manuel Hurtado Marjalizo nos cuenta la historia de Don Iñigo en 1702 y la de Carmen Sotés en 1899. El autor ha conseguido combinar las dos historias tan bien que ha sido como leer una sola, y describir el estilo de vida de 1702 y de 1899 y los problemas respecto al trabajo en las mujeres.
Sí que tengo que admitir que al ser una historia narrada en el siglo XVIII y XIX, a ratos me costó seguir la historia al no estar acostumbrada a leer libros históricos, pero aun así me pareció interesante. Con el cementerio de los suicidas salí totalmente de mi zona de confort.
En conclusión, ha sido un libro que he disfrutado a pesar de no ser el género que me apasiona y que os recomiendo si queréis leer una novela negra e histórica.