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Al principio era escéptico con esta novela, tanto por el despliegue publicitario que me había llegado a través de las redes, como por el título. Una compañera me dejó el libro hace una semana y solo me cabe decir que, después de su lectura, la he encargado para tenerla como libro de cabecera. Es muy raro encontrar autores hoy en día que hagan tan buena literatura, encontrarse con uno, y novel como creo que es el caso de este escritor, supone un placer para el lector. La historia que cuenta es mágica, pero la forma de narrarla supera cualquier realidad mundana. Davinia y Che te atrapan durante su lectura, en esos 342 pasos de penitencia, y cuando uno ha cerrado esa última página maravillosa del libro, ambas forman parte de ti. Gracias a la compañera que me prestó la novela y gracias a Manuel Aparicio Villalba por este bendito regalo.
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