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José Manuel Álvarez Flórez (Traductor)
ISBN : 8423357759
992 páginas
Editorial: Destino (01/09/2020)

Calificación promedio : 4/5 (sobre 1 calificaciones)
Resumen:
La sorprendente conclusión de la trilogía de Thomas Cromwell,la mejor serie de novela histórica del siglo XXI.El esperado regreso tras ocho años de Hilary Mantel, dos veces ganadora del Premio Man Booker.
Inglaterra. Mayo de 1536. Ana Bolena ha muerto, decapitada en un abrir y cerrar de ojos, a manos de un verdugo francés. Mientras sus restos descansan bajo tierra, Thomas Cromwell desayuna con los vencedores y continúa su ascenso al poder y a la riqueza. Su m... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (1) Añadir una crítica
Celia_0504
 02 November 2021
La relación que he establecido con este libro y su autora solo puede describirse como amor-odio, en la que al final, por suerte para mí, ha primado más lo primero que lo último. Amor porque he disfrutado de la forma de escribir de Mantel, que es maravillosa y de muchos momentos de la lectura. Odio porque, por otro lado, ha habido momentos en que he sufrido mucho leyendo, me parecía que la narración no avanzaba y se estancaba en ciertos aspectos, y echaba en falta que la autora fuera directa al grano. La verdad es que la cosa estuvo turbulenta desde el principio. Había leído los dos primeros volúmenes de la trilogía, “En la Corte del Lobo” y “Una Reina en el Estrado”, hara unos seis o siete veranos, uno detrás de otro. Aunque recuerdo que me gustaron, ha pasado demasiado tiempo y muchos datos, sucesos y personajes se me habían desdibujado u olvidado totalmente, y no he podido releerme los dos primeros. de ahí que me temía que estuviera muy perdida durante una parte considerable de esta lectura. Pero no es por eso por lo que la misma se me ha hecho insufrible en varios momentos, como especifico más adelante.

“El Trueno en el Cielo” acaba justo en el mismo instante en que finalizaba “Una Reina en el Estrado”. Estamos en Inglaterra, en 1536. El reinado de Enrique VIII es un juego de tronos despiadado y sangriento en el que, por voluntad de los caprichos y necesidades del monarca, uno puede estar en lo más alto un día, y al siguiente perderlo todo. Los miembros de la corte real buscan sobrevivir y prosperar en una época marcada por los cambios religiosos y las disputas políticas. La reina Ana Bolena ha podido comprobar esto en carne propia. Ha perdido la partida, y con ello la cabeza y la vida. Este suceso es ampliamente conocido por todos, y muchas veces marca el final de la historia. Sin embargo esto es solo el principio. El principio de un cambio profundo que sacudirá el reino hasta sus cimientos. Y el principio del ascenso y caída de Thomas Cromwell, consejero y secretario de Enrique, una figura decisiva en la historia de Inglaterra y que hasta hace poco era escasamente estudiada y tenida en cuenta por los historiadores. Los lectores seremos testigos de como poco a poco va afianzándose en el poder durante el matrimonio de Enrique con Jane Seymour. Pero cuando la nueva reina fallece tras dar a luz al ansiado heredero del monarca, Eduardo, los acontecimientos se precipitaran para el reino y para el propio Cromwell

Lo primero a decir es que esta saga es un soplo de aire fresco de la literatura histórica. Este género está plagado de novelas bestselleras que, aunque muy bien documentadas, se basan en hacer libros de rápida lectura con personajes muy básicos y tópicos; un estilo narrativo muy simple y poco complejo; y tramas basadas en amoríos y politiqueos que se cierran de forma muy satisfactoria para los protagonistas. Pero entonces llega la señora Mantel y demuestra que se pueden hacer novelas históricas de calidad, donde unas estupendas y concienzudas documentación y ambientación histórica pueden ir de la mano con personajes realistas y llenos de claroscuros y una prosa potente, cuidada y sutil. Es maravilloso ver lo que puede hacer una autora concienzuda y dotada dentro de este genero. Porque si algo se nota con Mantel es las horas que le dedica a su trabajo; a investigar, a escribir con tanta pulcritud; a hacer el ejercicio de meterse en la piel de sus personajes.

Mantel es una escritora realmente inteligente. No es para nada raro que en Inglaterra se la considere un tesoro nacional vivo y que su nombre haya sonado en las quinielas a llevarse el premio Nobel de literatura en los últimos años ( no me atrevo a decir si es para tanto o no, no creo tener suficientes lecturas o conocimientos a mis espaldas para darle esa famosa medalla. Baste decir que creo que se la han dado a peores escritores. Y que otros mejores se han quedado sin ella. Y, de todas formas, ya sabemos que en ese premio pesa mucho la política y los intereses económicos). Su prosa es increíblemente sutil, y no da puntada sin hilo, cada detalle y palabra están ahí por algo, todo tiene su razón de ser y su peso dentro de la historia. Me gusta ese cuidado y ese detalle en todos y cada uno de los aspectos de la novela. Y me gusta la sensación que tengo al leerlo de que su pluma está viva, es un ente más de la historia que está narrando, un ente que respira, sangra y vibra con todo lo que cuenta. Y que permite viviseccionar prácticamente a los personajes que la protagonizan. Uno tiene la sensación de que todo está perfectamente regulado por la autora, pero al mismo tiempo ella sabe presentarlo de tal forma que resulta todo muy natural y te lo crees.


Pero al mismo tiempo, creo que ahí reside el enorme problema que he tenido con esta obra, y que ha hecho que la lectura se me haya hecho muchas veces pesada y aburrida. Para mi la autora ha incidido demasiado en los recuerdos y en pasado de Cromwell, y en sus pensamientos y reflexiones. Muchos de estos Flashback y monólogos internos, al final, trataban todo el rato los mismos temas o situaciones. Esos fragmentos son interesantes a nivel de personaje, permiten andar mejor en la interesante psique de nuestro protagonista, Cromwell, y conocer mejor todos los rincones (oscuros y luminosos) de este personaje tan lleno de fuerza y de carisma, como llego a forjarse el hombre que ahora tenemos delante. Pero a nivel de trama me parece que no aportan nada. de hecho, son demasiado abundantes, lo que hace que al final relantizen la narración hasta crear momentos en que se estanca y uno siente que no avanza porque son momentos que no aportan nada al lector a nivel argumentativo. Si lo hubiera hecho muy de vez en cuando, es hubiera dado más riqueza a la historia y a la novela, un plus de introspección que casa muy bien con la forma de escribir de Mantel. Pero al caer en esto una y otra vez, lo único que ha conseguido es aportar pesadez a la lectura. de ahí que muchas veces me haya desesperado leyendo, y que hasta la página 200 y pico me había sido imposible conectar con lo que tenía entre manos. Sin duda alguna este es el aspecto que me ha amargado más la lectura, de hecho habido momentos en los que he pensado seriamente en abandonarla.

Pero me alegro muchísimo de haber insistido tanto en este libro, aunque solo fuera para intentar recuperar el buen sabor de boca que me dejaron las dos novelas previas.Porque al final os juro que realmente lo he disfrutado mucho, ha tenido momentos que me han enganchado mucho. Y en esto tiene mucho que ver el buen hacer de Mantel.No solo por todo lo dicho previamente, también por la forma en que sabe crear atmósferas y situaciones. Su recreación de la Inglaterra Tudor no solo es magistral en cuanto a datos e información histórica, económica, política y social. También sabe trasladar al lector a la situación de inestabilidad y cambios vertiginosos en la que estaba sumida el reino con la llegada del anglicanismo a sus fronteras. Mantel sabes cómo hacer que el lector sienta en propia carne los disturbios que supuso este cambio, la manera en que trajo guerras internas, disputas religiosas y grandes problemas a nivel internacional. Situaciones que muchas veces podemos olvidar del reinado de Enrique VIII, ya que la gente suele quedarse con las leyendas historias en torno a sus seis matrimonios.

Mantel también sabe guiarnos por los vericuetos de la peligrosa y salvaje corte de Enrique VIII, una corte laberíntica que es el escenario para que sus miembros luchan entre ellos de la forma más despiadada posible por cuotas de poder y riquezas, todo ello al son de los caprichos y necesidades de un rey peligroso, egoísta, caprichoso y lleno de miedos, Pero no por ello menos inteligente y perspicaz, dispuesto a ser el siempre quien lleve al final el mando. El último cuarto de la novela me ha parecido absolutamente trepidante, como va creando una atmósfera pesada , oscura y peligrosa, en la que nada es lo que parece y el peligro está acechando a cada paso, notándose como la tensión va en aumento hasta el final.

Para una obra tan colosal, compuesta por volúmenes que casi llegan a las 1000 páginas, era necesario un protagonista que estuviera a la altura. Y Thomas Cromwell lo está plenamente. Si hay algo hay que agradecerle a Dame Mantel es que haya revalorizado una figura histórica tan interesante y tan vital para la historia de Inglaterra, la cual había quedado oculta entre las páginas de la historia por prejuicios y poca información. Cromwell es un héroe moderno, en el sentido de que está lleno de luces sombras y claroscuros. Hay algo épico en la manera en que vemos como va poco a poco llegando al poder, en la forma en que vemos como se las ingenia el muchacho herido y maltratado de Putney para sobrepasar las trabas impuestas por su humilde cuna hasta convertirse en el segundo hombre más importante del reino; un lord únicamente por méritos propios, gracias a su astucia, inteligencia y trabajo. Y también hay algo de drama griego en la forma en la que cae cuando está en lo más alto de su poder, en su fin rápido e irónicamente similar al que el mismo proporcionó a otras personas a lo largo de la trilogía. Un personaje controvertido y hecho asimismo cuyas andanzas elector acaba sintiendo como propias. El Cromwell de Mantel es incluso más real que la figura que se ha escapado de entre los dedos de los historiadores y estudiosos a lo largo de los años. Leyendo estas novelas y el final de esta que nos ocupa, aunque ya sepas cómo va acabar el político, lee su desenlace con un nudo en la garganta.

Pero Cromwell no es el único personaje destacable. al Lord del sello privado y secretario real le rodea una legión de amigos, familiares, enemigos y señores, todos trazados de una forma nítida y realista, uno puede sentir que les conoce de toda la vida, la autora nos muestra los recovecos de cada uno de una forma impecable. de ahí que se vivan con intensidad los inteligentes y ágiles diálogos que jalonan la narración, ya que no son meros vehículos para hacer avanzar la trama o para que el lector consiga información: en ellos también tiene un peso muy importante las motivaciones y personalidades de cada uno de sus integrantes. Cada personaje es su propio microcosmos. Y están escritos de una manera muy teatral, no cuesta imaginarse a los actores recitándolos e interpretandolos en voz alta en es escenario.

He disfrutado especialmente como se representa a la reina Jane Seymour. Lejos del papel pasivo, dulce y amable con el que la historiografía la ha investido, me parece mucho más realista la forma en que nos la presenta mantel, como una mujer apática y fría, pero no exenta de sus buenas dosis de ambición y malicia, lo suficientemente inteligente para saber que el trono no es un premio tan seguro como puede parecer a primera vista y de que si falla en dar un heredero a Enrique su vida corre peligro. Un rey que, por supuesto, está a la altura de su compañero (porque otra de las maravillas de la prosa de Mantel es como recrea la relación entre estos dos, como, pese a que a lo largo de la historia mantienen siempre el rol del rey y sirviente, a la vez se convierten a lo más cercano a un compañero que uno y otro puedan tener, por lo parecidos y ambiciosos que son ambos) a lo largo de toda esta narrativa. Se ha escrito mucho sobre este monarca, pero tengo que decir que pocas veces se le ha representado tan humano como lo que me encontrado en esta trilogía. Mientras lees las partes en las que se habla de Enrique o este aparece, uno no deja de tener la sensación de que se encuentra ante una fiera herida que en cualquier momento va a atacarte. Y es un sentimiento tan profundo que resulta hasta casi palpable.

En resumidas cuentas, “El Trueno en el Reino” es un cierre más que digno para una excelente trilogía. de hecho me ha gustado lo suficiente para que me replantee leer los dos primeros libros en un futuro próximo (aunque entre nosotros tampoco se seguro si lo voy a hacer). La historia que empezó con “ En la Corte del Lobo” y se desarrollo en “ Una Reina en el Estrado” cierra el telón como lo hicieron sus novelas predecesoras: con una decapitación. Es una obra que tiene algo de Shakesperiano , y que permite conocer los vericuetos de lo más profundo de la raza humana, da igual que lo que cuente se haya pasado hace cinco siglos: la conclusión es que el ser humano, como tal nunca cambia, le acaban por mover siempre las mismas banales pasiones e intereses.Es una novela en la que la buena literatura se auna con la excelente documentación histórica y una historia llena de luchas y sangre. No obstante, creo que no es un una saga que sea para todo el mundo, la prosa de Mantel puede llegar a ser demasiado pausada e introspectiva. Pero también considero que merece mucho la pena darle una oportunidad, de una forma u otra la autora se las ingenia para conseguir enganchar al lector y transportarle a la época que recrea con su pluma.
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