Es un libro que te mantiene por curiosidad hasta el final. Su estilo es descriptivo y también irónico pero para mi gusto hay demasiadas tramas paralelas. Habla de un tema de actual y un tanto espinoso como es el de los refugiados. Su protagonista, Kurt Wallander, es una personaje muy real y lleno de imperfecciones. Llega a tener muchas más fuerza que la trama en sí que parece que pasa a un segundo plano. En ocasiones me ha recordado al alter ego de Bukowski. Demasiadas conjeturas y demasiados rodeos para encontrarte con un final muy abrupto porque aquí lo importante no era el crimen tan violento como inverosímil. |