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Crítica de AlhanaRhiverCross


AlhanaRhiverCross
23 September 2019
El anuncio de la publicación en nuestro idioma de esta saga fue para mí una de las mejores noticias literarias el año pasado, por lol que automáticamente se convirtieron en imprescindibles para mi estantería y a día de hoy se está convirtiendo en una de mis favoritas. A pesar de que apenas han pasado unos meses desde que pude leer A la caza de Jack el Destripador, la primera parte de esta serie de novelas de thiller juvenil, he tenido tiempo suficiente para poder acumular ansias de sobra para que este segundo libro me haya sabido a poco, aunque físicamente tenga más páginas que el anterior. Así que ya puedo decir sin miedo a equivocarme que la tercera parte (de momento, Escaping from Houdini en el original) va a ser para mí una de las novelas más esperadas del próximo año y gracias a Puck apenas está pasando tiempo entre una publicación y otra y eso siempre es de agradecer teniendo en cuenta cómo se maneja a veces el tema de las sagas juveniles publicadas en castellano. Para que leáis con tranquilidad, os aviso desde ya de que esta opinión está completamente libre de spoilers de cualquiera de los dos libros publicados hasta ahora.

Toda la saga tiene como punto en común a los personajes, su historia personal y su evolución (y por eso convendría leerlos en orden, obviamente) pero también aprecio que la autora ha sabido jugar muy bien las cartas con las que contaba y, aprovechando que cada novela está dedicada a una misteriosa figura relevante en la época victoriana, se ha molestado en facilitar que se puedan leer de forma independiente. de hecho, los únicos personajes que repiten son los dos principales, Audrey Rose y Thomas, mientras que otro par de secundarios de la primera parte prácticamente solo aparecen nombrados y nada más, ya que el resto de personajes son completamente nuevos. Por ello, necesito hacerle una reverencia a Kerri Maniscalco por su pericia a la hora de hacer menciones al primer caso de Audrey Rose en A la caza de Jack el Destripador pero sin hacer en ningún momento ningún tipo de spoiler acerca de la identidad del tristemente famoso asesino de Whitechapel que pudiera estropear el misterio a los lectores que decidan leer esta saga como volúmenes independientes y a la vez, así también respeta la realidad que ha llegado a nuestros días de tal forma que aún seguimos sin saber con certeza quién mató a varias prostitutas en los suburbios de Londres en 1888.

En esta nueva aventura, Audrey Rose aún está asimilando ese final y las consecuencias que tuvo para ella y su familia haber resuelto el caso gracias a sus conocimientos en medicina forense y la ayuda de su compañero Thomas. Aquí empieza junto él su viaje a Rumanía en el Orient Express ilusionada porque va a estudiar en la Academia de Medicina y Ciencias Forenses por méritos propios aun siendo mujer. Por otra parte, siente que está muy tocada emocionalmente porque aún no ha logrado superar los horrores a los que tuvo que hacer frente al final de la primera novela. El trauma que acarrea tras aquello se hace muy patente en gran parte de esta novela en forma de pensamientos recurrentes y de ideas obsesivas sobre si no será ella que esté maldita en sí misma. Sin embargo, a pesar del alto precio personal que tuvo que pagar para lograr que los asesinatos de Whitechapel cesaran, ahora tampoco está dispuesta a que la gente siga creyendo que el vampiro más famoso de todas las épocas ha vuelto y que esté causando el pánico precisamente en el pueblecito rumano en el que Audrey Rose espera completar su formación científica.

La ambientación tiene todos los ingredientes de cualquier novela gótica de misterio. Para empezar, entramos en un castillo en medio de los Cárpatos (en Transilvania, aunque sin mencionar) que pertenecía al mismísimo príncipe Vlad el Empalador, más conocido como Drácula. Ahora ha sido reconvertido en academia para un grupo selecto de jóvenes estudiantes de medicina forense venido de varios países europeos, de entre los que Audrey Rose es la única chica, motivo por el que parte en evidente desventaja social con respecto a sus compañeros en la competición que sus profesores han decidido que tendrán que superar: solo dos de los seleccionados lograrán una plaza en la prestigiosa academia. Y aquí es donde la autora se recrea en clases de autopsias y estudios sobre los cadáveres de muertes violentas o sospechosas, en morgues oscuras e infinidad de instrumentos médicos con los que llevar a cada las disecciones de los cuerpos. Todo ello revela un vasto trabajo de documentación que, pese a lo raro que pueda sonar, es de las mejores cosas que tiene esta novela en concreto y la saga en general. También es una gozada visualizar todas las descripciones de los escenarios: las torres medievales del castillo, las habitaciones de los estudiantes, las criptas abandonadas, los pasadizos secretos, las salas secretas subterráneas… En otras palabras, una maravilla de ambiente para dejarnos fascinados mientras vamos sospechando de cada conducta extraña en los habitantes del castillo de Drácula.

Audrey Rose Wadsworth sigue siendo la protagonista absoluta (que para eso acapara todas las portadas) y narradora en primera persona de esta aventura, aunque su compañero de investigaciones, Thomas Cresswell, sigue siendo un personaje tan principal como ella, solo que al no tener su punto de vista en la narración, perdemos bastante el enfoque respecto a él y sólo tenemos las impresiones de Audrey Rose y sus interacciones con la chica. Ojalá fuera una novela en la que ambos pudieran alternar sus narraciones en primera persona porque creo que tanto la trama como los personajes ganarían mucho pero no puedo quejarme por que sea ella quien nos cuente sus pensamientos y sus deducciones ante un caso que desd el principio se antoja más complicado que el anterior. Sin embargo, la relación entre ambos avanza muchísimo después de los primeros desencuentros y cada una de sus conversaciones es un ejercicio de ingenio y sarcasmo que me ha hecho disfrutar hasta el epílogo, emotivo y con un cliffhanger efectivo para darle otro giro a la saga. Aunque me quejo bastante de que las novelas juveniles incluyen a veces el elemento romance porque parece que si no está falta algo, en este caso creo que ese ingrediente romántico y cómo está llevado le añade un toque encantador a todo lo demás, con muchos mensajes feministas y de reivindicación de la mujer en la época como algo más que ser esposa y madre. A través de Audrey Rose vemos los primeros pasos que tuvieron que dar muchas mujeres en ese siglo, rompiendo normas de decoro y protocolo socialmente aceptado: algo tan simple como estudiar medicina o como ponerse pantalones. Por ello, creo que en esta segunda parte la presencia femenina también adquiere más relevancia y no solo por la protagonista, sino que se añaden otros personajes secundarios muy importantes y con subtramas que darían muchísimo juego para un spin-off (como alguna aventura en solitario para Daciana e Ileana…).

Por lo demás y para que nadie se lleve a engaño, quitando todo el misticismo que envuelve al tema de los vampiros y las supersticiones de seres sobrenaturales que cazan personas, esta novela no tiene nada de paranormal y es enteramente de misterio, un thriller puro con hipótesis realistas y una investigación científica y metódica detrás, al igual que ocurría en la primera novela pese a la leyenda que ha envuelto siempre al Destripador. Así que para evitar decepciones, lo de cazar al príncipe Drácula es algo más bien metafórico pero que tiene todo el sentido del mundo si tenemos en cuenta dónde se desarrolla la trama y la importancia de esta figura mítica en el Castillo de Bran, en Transilvania, donde comienzan a suceder los asesinatos que tienen que resolver Audrey Rose y Thomas. Si sumamos a todo lo anterior la forma tan efectiva que tiene Kerri Maniscalco de narrar una serie de aventuras policíacas en una época tan convulsa para las mujeres, dándole el mando de la situación a una jovencita de buena familia que desafía todas las normas sociales imperantes para poder ejercer una profesión hasta entonces reservada solo para hombres, pues digo yo que hay que quitarse el sombrero ante el atrevimiento y además aplaudir por el éxito con el que lo lleva a cabo.


Dicho de otro modo, un segundo caso fascinante para unos personajes geniales a los que ya conocíamos pero a los que aún no hemos terminado de ver en toda su evolución. La segunda novela de la serie ha estado a la altura de la primera y tendría muy difícil elegir cuál de los dos casos me ha gustado más en su desarrollo y su resolución pero lo que tengo claro es que esta saga está pensada para amantes de las novelas góticas de misterio clásicas y la vez ideada para que cualquier lector de aventuras juveniles pueda disfrutarla. Ha sido genial reencontrarme con la encantadora Audrey Rose, conocer más a fondo al aparentemente frío y sin sentimientos Thomas y quedar atrapada en un caso adictivo de un asesino en serie que parece empeñado en cargarle el muerto al mismísimo príncipe Drácula. Una clara recomendación para aquellos lectores que ya conocen esta saga de misterio juvenil pero también un motivo más de peso para animar a quienes no lo han hecho aún.
Enlace: https://enmitiempolibro.blog..
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