Criaturas siniestras que brotaron de las retorcidas profundidades de sus corazones oscuros reflejando su propia sed de sangre. Los monstruos son tan reales como las historias que les dan vid. Y sol vivirán mientras nosotros las contemos.
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Criaturas siniestras que brotaron de las retorcidas profundidades de sus corazones oscuros reflejando su propia sed de sangre. Los monstruos son tan reales como las historias que les dan vid. Y sol vivirán mientras nosotros las contemos.
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Yo nunca sabría qué era mejor para mí si alguien me ofrecía su consejo no solicitado a cada paso que daba. Los errores eran una experiencia de aprendizaje, no el fin del universo.
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Los monstruos varían de acuerdo al cristal con que se los mira. Y nadie quería descubrir que su héroe era el verdadero villano de la historia.
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-Las leyendas tienen el propósito de inspirar miedo -Anastasia se enderezó-. Deben ser más grandiosas que la vida que llevamos después del atardecer. Nunca creemos que hay una bella princesa acechando en el bosque por las noches ¿verdad? No. Nos imaginamos a demonios sedientos de sangre. Vampiros. La noche nos recuerda que nosotros también somos una presa. La posibilidad de que nos cacen nos aterra y al mismo tiempo nos deleita.
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(...) Era como todo en esta vida; cuanto más luchaba uno, más difícil se volvía.
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La noche nos recuerda que nosotros también somos una presa. La posibilidad de que nos cacen nos aterra y al mismo tiempo nos deleita.
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Los humanos eran los verdaderos monstruos y villanos. Eran más reales de lo que cualquier novela o fantasía podían inventar.
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No pude evitar sentir que el castillo se rejocigaba en devorar sangre fresca tanto como su ocupante anterior disfrutaba derramándola. Era un escenario fatal para cualquier escuela, y mucho más para una que estudiaba a los muertos.
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Me gustaría guardar la expresión de tu rostro Wadsworth. Es del tono más adorable de rojo que haya visto alguna vez.
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Nuestra pasión ardería con más brillo que todas las estrellas del cielo.
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Es un cuerpo creado a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados, escrito por Mary Shelley a partir del reto literario de Lord Byron.