Cuando las pilas de la esperanza se agotan, ella se transforma en cargador y vuelve a ponerme en marcha el corazón.
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Cuando las pilas de la esperanza se agotan, ella se transforma en cargador y vuelve a ponerme en marcha el corazón.
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Soy el superviviente de un aterrizaje forzoso en mí mismo. Las papilas gustativas de mis emociones están en alerta máxima. Lo normal se corresponde con lo extraordinario [...] Me he visto morir, me he visto renacer. Muy pronto me convertiré en otro yo. Libre de empezar de nuevo con todo. Esa idea hace pedazos la melancolía. |
Atenúo el flujo de las preguntas que me asaltan porque no tengo muchas respuestas que darme. Mi mejor evasión sigue siendo crear. Inventar. Los lazos frágiles y mágicos que unen el sueño y la realidad. La poesía es el desierto del espíritu, el humor es su fruto.
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[...] con esa gracia especial que tienen los ángeles cuando no saben que lo son.
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Me gustaría tener tiempo para frenar. Quisiera que hubiera campeonatos del mundo todos los días, de fútbol, pero también de poesía [...] El campeonato del mundo de poesía es también el instante de la primavera en que uno sale sin armadura y sin abrigo [...] Cuando todo el mundo está tan relajado que hasta el terrorismo pasa de moda.
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A última hora de la tarde me he tomado un sorbito de cielo con sus amarillentas nubes. Era como estar dentro de una vieja foto, en mi pasado no tan lejano. Ganas de charlar con gente a quien no conozco. De improvisar, como cuando estás en un país lejano, desinhibido por la excitación del descubrimiento.
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Si salgo de esta, me convertiré en otro hombre. Ya siento cómo opera la metamorfosis. Yo, que tanto he soñado con quimeras, gigantes, monstruos enamorados y otras sirenas, aquí estoy, luchando por volver a la normalidad. El más poderoso de los cuentos de hadas. Ir a husmear a una librería sin pensar en nada más que en encontrar un buen libro [...] Para mí, el amante de los sueños, el más hermoso regalo sería poder revivir «como todo el mundo»
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Trato de tranquilizarlo cuando yo no estoy nada tranquilo. Tiene miedo. Tanto, que a veces llega a la negación. Es su forma de manejarse con la esperanza. Cada uno sufre con aquello que no decimos, pero el épico aliento de nuestra complicidad padre-hijo sigue resistiendo.
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[...] Pero en cuanto me he puesto a cantar, ha estallado en llanto. El increíble dique que había ido construyendo día a día para protegernos a ambos ha acabado por ceder. Todo el miedo acumulado ha explotado en su rostro. Pánico melancólico. Me ha costado calmarla. Pero con mis brazos y unas palabras dulces, lo he conseguido. Estaba afligido por provocar semejante inundación en el fondo de sus ojos, pero al mismo tiempo contento porque esta vez he podido consolarla yo.
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[...] Una guerrera armada de dulzura, como he dicho. Tiene un corazón grande como un reloj. Veo cómo lucha para ralentizar el tiempo cuando la velocidad me angustia y para acelerarlo cuando me pesa.
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Gregorio Samsa es un ...