Eileen Gray: Una casa bajo el sol

En primer lugar agradecer a Babelio, Masa Crítica y a Aloha! Editorial por el envío del ejemplar. Está editado en tapa dura, con materiales en apariencia bastante resistentes, ilustrado a color y con una edición muy cuidada, hasta en el más mínimo detalle, que hace muy agradable y cómoda la experiencia lectora.


Esta preciosa novela gráfica trata sobre la vida de la artista, diseñadora y arquitecta irlandesa Eileen Gray (1878-1976), deteniéndose especialmente en la etapa en la que diseñó y dió vida a la villa E-1027, una casa que ideó para su pareja de ese momento, el arquitecto Jean Badovici, considerada una de las obras maestras de la arquitectura del siglo XX. También conoceremos a Eileen en otros momentos de su vida, que nos mistrarán cómo aprendió a utilizar la técnica de lacado oriental, también sus trabajos de decoración y la apertura de su tienda de decoración Jean Désert.

Conoceremos cómo Eileen vivió en aquellos ambientes artísticos de los locos años veinte, su bisexualidad y su relación con la actriz Damia y su posterior relación con Badovici, su vida en la villa E-1027, que termina tras las infidelidades del arquitecto y después que éste le permitiese a su amigo le Corbusier pintar unos murales en las paredes de la villa en 1938, rompiendo a ojos de Eileen la esencia de su obra. A todo esto hay que añadir el que en el mundillo se le atribuyese el diseño de la casa a ambos amigos y se obviase por completo su autoría del mismo por parte de Eileen Gray.

Y no sólo la autoría de la villa le fue atribuida a Badovici, sino que ocurrió lo mismo con muchos de los proyectos y diseños que realizó Eileen durante el tiempo en el que fue su pareja, algo que, por desgracia, no es la primera vez que se escucha, ya que las mujeres a lo largo de la historia han sido obviadas, ninguneadas y han estado condenadas al olvido en favor de los hombres con los que compartían sus vidas.



Con unas ilustraciones preciosas en tonos pastel, en los que predominan los azules para las partes que trascurren en la villa E-1027, y los tonos tierra y ocres para el resto; están realizadas con trazos difusos y delicados, dotando a la historia de la viveza, armonía y estilo de las primeras décadas del siglo XX.

Aunque, en general, me ha gustado la historia, creo que ha pasado muy de puntillas por la vida de esta artista. He echado de menos un poco más de sustancia en algunas partes de su historia, que nos hubiesen mostrado más de su obra.



Una novela gráfica preciosa sobre la vida de una mujer sobresaliente en su época y que fue injustamente obviada, que pone de manifiesto que las mujeres también han destacado en muchos ambitos mucho antes de lo que pueda parecer y da a conocer a figuras como la suya, sacando a la luz referentes para futuras generaciones.


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Aquí nos encontramos con una novela gráfica sobre una parte de la vida de Eileen Grey. Ya que pasa muy de puntillas por la misma, pero sí se centra en la época que vivió en la villa E-1027.

Las ilustraciones con unas líneas delicadas, pero, a su vez, transmitiendo fuerza. Nos reflejan los distintos momentos de su vida, diferenciados en dos tonalidades distintas. En tonos azules, veremos la vida, de la arquitecta, en la villa que construyó para Badovici. Y en tonos sepias, observaremos otros momentos de su vida.

Eileen Grey, de origen irlandés, empezó su andadura con el diseño, cuando aún era estudiante, trabajando en un taller de lacado, donde fue una enamorada de esta técnica y aprendió a realizarlo. de ahí pasó a ser diseñadora de interiores y de muebles, dónde inauguró su propia tienda, Jean Désert, seudónimo que utilizó para hacerse un sitio en ese mundo, para posteriormente dedicarse a la arquitectura gracias a Badovici.

Una mujer admirable y adelantada a su época, bajo mi opinión. Una pionera, a la que le fue reconocido su trabajo muchos años después, ya que, a sus inicios, le eran asignados a otros o siempre quedaba en un segundo plano, siendo una sombra de sus colegas.

Igualmente me ha encantado como, de forma muy sutil, dejan entre ver su bisexualidad. al igual que es curioso el nombre de la villa E-1027 y su significado, como el concepto que tenía sobre las casas.

Obviamente, es una lectura que recomiendo, porque además de ser ligera y fresca, se nota que la edición está muy cuidada. Creo que tanto la autora, la ilustradora, como la editorial, han realizado un gran trabajo. Además de tratarse de una biografía de una mujer que abrió camino, de alguna manera, a todas las generaciones que hemos llegado después.

Precioso libro ilustrado que nos sumerge en el mundo de Eileen Gray: arquitecta, diseñadora de muebles y de interiores y artista del lacado de origen irlandés.

A través de colores sepias y azules, y dibujos sencillos pero cargados de fuerza, conoceremos el universo de una de las primeras mujeres reconocidas en todo el mundo por su labor en el diseño industrial que, no obstante, permaneció durante mucho tiempo invisibilizada y olvidada.

La obra nos muestra su concepto de la vida y de las disciplinas a las que se dedicó, pero además presenta a las personas que jugaron un papel importante en su vida y en su renombre como profesional.

Un comic de lujo, una edición muy cuidada.

“Eileen Gray. Una casa bajo el sol”, por Charlotte Malterre-Barthes e ilustrada por Zosia Dzierżawska, nos traslada al sur de Francia de 1924. A orillas del mar y muy cerca de Mónaco es donde Eileen Gray decidió construir su residencia de verano para compartir con el que fuera su pareja, Jean Badovici. La E-1027, como se la conoce desde entonces, era pequeña pero eficiente: todo tenía su función. Gray diseñó todos los muebles y hasta el último detalle dándole una unidad y un sentido único al espacio como no se había hecho antes.

Eileen fue una mujer de su tiempo, una gran artista que mantuvo y buscó su propia independencia sin entrar a formar parte de ninguno de los grupos de artistas de su época. En esta novela gráfica editada por @alohaeditorial vemos cómo la joven Eileen consiguió hacerse un hueco en la sociedad parisina de los felices años 20.

Durante los años en que la pareja residió en la E-1027, recibió halagos y visitas de grandes artistas y amigos. Hasta el propio Le Corbusier estaba impresionado por el diseño de Gray, aunque insistía en que el espacio interior mejoraría con unos murales hechos por el propio arquitecto. Aunque la pareja se negó, durante unas vacaciones allí logró pintar ocho murales de colores estridentes que rompían con la estética de la casa, lo que provocó que, hasta muchos años después, se creyera erróneamente que la casa era obra de le Corbusier.

El nombre de Eileen Gray fue casi olvidado en la historia de la arquitectura hasta hace poco. A pesar de sus contribuciones al diseño y de ser la creadora de piezas icónicas y dueña de una tienda en París, vivió eclipsada por sus compañeros masculinos. Por suerte, actualmente la E-1027 está abierta al público y podemos visitar este fantástico hito de la arquitectura en el que, muy acertadamente, han eliminado los murales de le Corbusier para devolverle a la casa su esplendor original.
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