Algunas relaciones humanas son comparables a las formas literarias. Por ejemplo, el ligue de una noche es como un poema, bueno o malo. El affaire que no sigue es equivalente a un cuento. Según esta lógica, la novela es un matrimonio. En un cuento estamos interesados en el tema en cuestión. En una novela, por lo común, seguimos el modo en que la gente pasa del drama al aburrimiento y de vuelta al drama y, desde luego, el matrimonio es el paradigma de eso. Nuestro interés no está tanto en la comprensión a la que se llega sobre una noche dada, sino en el modo en que la nueva sensibilidad se ve confirmada o erosionada a lo largo de las semanas o los meses que siguen. La línea narrativa del matrimonio, en ese sentido, es de buenos y malos días. Y la mayoría de la gente parece preferir este tipo de vida, así como hay gente que prefiere vivir en el espacio del cuento. Los psicópatas, a su vez, tienen vidas que constan de poemas, l mayoría plomizos.