Parece que le voy cogiendo el gusto a la novela gráfica… ¡Me ha encantado! A pesar de ser un libro gordito, su argumento, sus colores, sus referencias culturales e históricas y sus matices te atrapan y en dos días terminas la lectura. La novela tiene unas ilustraciones increíbles, llamativas, coloridas... Me ha parecido muy curioso el punto de partida de la novela; simplemente nace como una anécdota en una comida familiar a partir de una ensalada de papaya. Dividida en varias partes (cada parte denominada con un ingrediente de la papaya salad) cuenta la historia vital del tío de la autora e ilustradora. Cómo Sompong nace en un poblado alejado de Tailandia, su familia se traslada a China, estudia y decide viajar por el mundo. Con el telón de fondo de la II Guerra Mundial, que hace un pequeño cameo en la novela, como una brisa enfurecida que decide el destino de Sompong, Elisa Macellari nos mete de lleno en una historia de amor, de aventuras, de viajes a Europa, Estados Unidos y China, de anécdotas y de referencias culturales a la cultura asiática en general, y a la tailandesa en particular. Todo en la lectura ha sido perfecto, desde la narración, hasta la combinación de ilustraciones minimalistas con algunas más detalladas, la transportación a esos lugares mágicos bañados por el gris de la contienda, la perfecta estampa de los sentimientos y sensaciones y la contemplación de la vida a través de la mirada del joven Sompong. He disfrutado mucho de la lectura, y, además, queda concluida la categoría de ilustradora del #retomujeresautoras.
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