Como la propia escritora dice en los agradecimientos, la pareja creada por Conan Doyle es en "Arte en la sangre" una mezcla de cada una de las veces que ambos personajes han sido llevados a la gran o pequeña pantalla. Personalmente, he notado mucha influencia del Sherlock y Watson de Cumberbatch y Freeman. Quizás porque es la versión que tengo más fresca en la memoria. La historia, a pesar de no ser demasiado interesante comparada con otras muchas de las protagonizadas por Holmes, lo es lo suficiente como para querer continuar la lectura. ¿La pega? La conclusión final de Sherlock me ha parecido sacada un poco de la nada. Sí, tiene el don de ver lo que nadie ve, de saber lo que nadie sabe, pero en ningún momento ves las pistas, aunque sea a posteriori. Ese momento en el que dices: "¡Ahhh, claro! ¡Cómo no vi eso! ¡Cómo no le di importancia!". Sabéis de lo que os hablo, ¿no? |