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Crítica de laberintosdetinta


laberintosdetinta
08 February 2018
Bueno, hace un mes, comenzando el año, publiqué la entrada de peores lecturas del 2017 en la que incluía los dos primeros libros de esta saga y aclaraba que, aunque no me han parecido lo más desastroso que he leído en mi vida, ambos me han decepcionado muchísimo, ya que esperaba algo más por las reseñas que había leído, pero no todos podemos opinar igual.
Finalicé la reseña de la primera parte diciendo que ponía todas mis esperanzas en este, ACOMAF, ya que había escuchado que la historia daba un vuelco increíble, y es cierto. de hecho, este en cuanto a trama y ritmo narrativo me ha gustado más, simplemente por el hecho de que engancha mucho; más que ACOTAR, cuya trama me parece de lo más simple. El problema es que, incluso con esto, creo que quizá, valorándolo en su conjunto (narrativa, personajes, recursos…) casi me parece peor.
En primer lugar, tenemos la narrativa, plana y sosa hasta aburrir. A ver, ya sé que Sarah J. Mass no va a ser Cervantes, porque ni siquiera es su pretensión, ella hace libros entretenidos y ya y eso es maravilloso, pero por favor, hay muchísimos libros cuya única pretensión son el entretenimiento que ponen un poco de mimo en la narrativa, en saber escribir, en utilizar técnicas diversas… Y encima el único recurso narrativo que se digna a utilizar es el Deus ex machina (conté cinco hasta que me aburrí de llevar la cuenta…). Nada me repele más que las soluciones baratas de folletín propiciadas por los maravillosos “ex machina”, los Macguffing sin sentido y los plot devices mal llevados. En fin, narrativa más plana que el encefalograma de Trump: si no he leído cien veces las expresiones “hizo una mueca”, “hizo un gesto vulgal”, “le di un golpe”, “le lancé una mirada maliciosa”... de verdad, Sarah, que los seres humanos hacen más gestos, te lo juro.
Por otro lado, las descripciones de las escenas eróticas con descripciones absurdas me dan ganas de tirarme por la ventana. Unas posturas anatómicamente imposibles, he de decir. Escribe mil veces mejor las escenas de tensión sexual (de hecho me parecen de las escenas más conseguidas que tiene el libro) que las de sexo en sí.
En cuanto a los personajes, en ACOMAF tenemos una ampliación de estos, cobrando protagonismo Rhysand, que ya se dejaba ver al final de ACOTAR. Realmente creo que Rhysand, junto con Lucien, es de los pocos personajes que me han gustado y, aunque todo el mundo habla de la gran transformación de Rhys, a mí me parecería más interesante si el personaje hubiera mantenido algo de su oscuridad (tiene una excusa para cualquier cosa mala que ha hecho desde el mismo momento en el que fue engendrado), parece como si a Sarah le diera miedo hacer personajes ambivalentes por si les cogemos manía o algo, cuando un personaje es más interesante cuantos más matices tiene.
Los demás personajes, Mor, Amren, Azriel, Cassian..., me dan un poco de vergüencita de lo mal desarrollados que están. La autora les da una característica básica y solo sabe girar alrededor de esta en lugar de seguir indagando en su psicología y desarrollando su carácter. Además, parece que solo saben relacionarse entre ellos con pullas y sarcasmos; son como unos adolescentes hormonados eternos. Que ya sé que el público objetivo de esta saga son los adolescentes, pero por dios, que se supone que son Faes, criaturas sobrenaturales tremendamente antiguas, y se comportan como críos.
Narrativamente, también veo muchísimo relleno y desviaciones de la trama con plot devices (el anillo de Rhysand, los libros... por ejemplo) sin ningún uso real y da la impresión de que la autora no sabe cómo añadir información relevante en su trama sin meter un objetito de marras que lo justifique todo, aunque luego no se use para nada.
Por otro lado, volviendo a que es un libro cuya pretensión última es entretener, y me parece estupendo, se me hizo tremendamente pesado y repetitivo que sus reflexiones más profundas y los monólogos internos giren casi siempre sobre lo bueno que está tal o cual personaje, sobre todo Rhys. O sea, me cansa a niveles estratosféricos, tanto que me costó avanzar en cierto punto de la novela. Que, por cierto, otra cosa que me parece aburridísima es que todos los personajes sean jodidamente perfectos físicamente y que la autora a través de su voz y la de los personajes, no pare de describirlo y de recordárnoslo. Esto me molesta a un nivel general, ya que en la literatura Young Adult casi todos los personajes tienden a ser adonis esculpidos en marmol griego y es poco coherente e irritante. Son Fae, ya has establecido que una de sus características definitorias como raza es la belleza sobrehumana, no hace falta que llenes tres de cada cinco páginas describiendo los músculos o las curvas de alguien, eso se llama fanservice.
Hablemos de las descripciones, mira, voy a romper una lanza en su favor, porque su saga Throne of Glass (Trono de cristal) la estoy leyendo en inglés y me parece que la traducción al Español hace poco en su favor. En este caso no sé si es fallo de la escritora o de la traductora pero, si no tienen que ver con la traducción, hay expresiones que no sé cómo no han sido eliminadas por el editor que haya corregido este texto: “músculos completos”: sí, los músculos suelen estarlo. “Mis senos se llenaron” para decir que está excitada o, por ejemplo, escenas que deberían haber sido corregidas como una en la que en la primera decripción Feyre se levanta y deja el plato en el fregadero y en el siguiente párrafo está al otro lado de la habitación y con el plato en la mano, son detalles nimios, lo sé, pero da sensación de una edición sucia y descuidada, lo cual no es fallo de la autora, sino del editor y corrector, incluso de la traductora, en este caso.
En fin, no todo ha sido tan malo. Como he dicho anteriormente, al menos el ritmo narrativo de esta segunda parte me ha parecido convincente, tenían ganas de seguir leyendo, pero me frustraba bastante el relleno que hay por doquier y eso me frenaba un poco. También amplía su Wolrdbuilding y podemos conocer otras cortes, cuyos planteamientos sí que me han parecido interesantísimos y coherentes, esto fue algo que eché en falta en su primera parte.
Otro tema es el feminismo de la obra. He visto muchas reseñas alabando este apartado en concreto de la obra y para mí ha sido un sí-pero-no. Hay detalles que me han encantado, por ejemplo, cómo se muestra que ella está anulada por un hombre sobreprotector y sus esfuerzos por salir de esa relación tóxica y de dependencia (que muchos lectores adoren a Tamlin como pareja solo evidencia lo asimilados que están los comportamientos machistas y tóxicos en nuestra sociedad), o el estado psicológico de Feyre después de salir de Bajo la Montaña, cuyas descripciones son muy buenas. Mi problema es que para ello tiene que conocer a otro tío, en lugar de empoderarse ella misma. No me malinterpretéis, está fantástico que haya alguien a tu lado que te ayude a sobrellevar ciertas cargas y te apoye mientras tú te autodescubres, pero es que literalmente él le dice lo que tiene que hacer, como si ella no fuera capaz: no hay un proceso de introspección, solo el nuevo interés romántico presionándola. Eso sí, se incluyen literalmente frases como “cuando una mujer dice 'no' es no” o “Yo no era una mascota, una muñeca, un animal. Era una sobreviviente y era fuerte. No volvería a ser débil ni indefensa. No quería, no podía permitir que me quebraran. Que me domesticaran"; que mandan mensajes muy poderosos, sobre todo a las chicas jóvenes que estén leyendo esta novela. Pero (de nuevo hay peros) luego la fastidia con frases como “Ya pareces una mujer de nuevo” solo porque se ha puesto un vestido con el cual “mostraba zonas que suponía que le gustaba mostrar a cualquier hembra” o expresiones “la rabia primaria de macho” y como estos ejemplos un montón de estereotipos de género más que parecen sutiles y casi se pasan de largo, pero ahí están. Por eso digo que es un sí-pero-no, porque veo que hay falta de coherencia en el desarrollo del feminismo en la obra. Además, Feyre se relaciona bastante poco con otros personajes femeninos, aunque hay más inclusión en esta segunda parte, eso sí. Aunque superaríaa el test de Bechdel, muchas de las conversaciones con sus hermanas son sobre hombres y la gran parte de conversaciones explícitas con Mor son sobre hombres o preguntas cotillas de Feyre sobre la vida sexual de esta. No veo mucho desarrollo de la amistad, aunque la autora no dude en describirlo como tal con celeridad. Eso sí, me posiciono totalmente a favor de que, aun con estos fallos de coherencia, el feminismo se encuentre presente en el libro, sin duda preferible a la basura machista y tóxica que hay en la mayoría de novelas en general y en las novelas cuyo público objetivo son los adolescentes en particular, lo cual me preocupa mucho más, ya que están en un periodo de socialización y de asimilación de los roles que ven en los demás y en los agentes educativos y culturales.
En fin, para ir terminando, esta es mi opinión sobre ACOMAF. Os diría que si teníais intención de leerlo no dudéis en hacerlo, ya que es muy probable que forméis parte de esa gran comunidad que lo está disfrutando mucho y eso es lo importante. Para mí ha sido entretenido, con muchos ships y tensión erótico-festiva, pero nada más. Si no le hubiera encontrado, en mi opinión, tantos fallos de caracterización y narración le hubiera puesto algo más de nota.
Enlace: https://laberintosdetinta.bl..
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