La Roca de Tanios

Una novela, inspirada en una historia real, en la que a modo de una leyenda contada y escuchada, el narrador va dibujando la historia de un chico de la región montañesa de Kfaryabda, llamado Tanios, que acabará siendo un gran héroe para su pueblo.

La leí cuando realicé mi viaje a Chipre, hace ya bastante tiempo, me encontré con esta novela, en la que hay unos capítulos que se sitúan en Chipre, concretamente en Famagusta, y por supuesto lo leí y me gustó.

Aunque la mayor parte de la novela, está ambientada en el Líbano, a mediados del siglo XIX. Una nación dividida por los enfrentamientos entre Egipto y el Imperio Otomano, con la participación y ayuda correspondiente de las potencias europeas, Inglaterra y Francia.

Es una historia basada en un hecho real, en torno al asesinato del Patriarca, cometido por un antepasado del escritor, por Abu-Kisk Madouf, que se refugia en Chipre, con su hijo, hasta su detención y devuelto, con engaños, a su pueblo, donde será ajusticiado.

La historia se reconstruye por un narrador, con la ayuda de un anciano de la zona y también de las crónicas locales.

Es importante como se va perfilando la figura del protagonista, Tanios, convertido en libertador de su pueblo y en un héroe de leyenda.

En el relato, los libaneses aparecen como un pueblo pacífico, forzado por su situación y su pluralismo social y religioso, a continuas luchas internas, provocadas por intereses extranjeros.

Nos presenta una sociedad local sorprendente, de mayoría cristiana, perteneciente a un estado en el que la religión musulmana, no les ha supuesto ningún problema, ya que ha sido la clase dirigente la que ha adoptado la religión de sus gobernantes para evitar tensiones.

Y así, el jeque de kfaryabda, el pueblo donde se desarrolla la trama, resulta ser un jeque cristiano y tributario de un emir, también cristiano.

Nos relata, a través de una acción, lejana en el tiempo, pero próxima a su problemática de fondo, los conflictos y las divisiones que siempre han estado presentes en su país.

Mezcla la realidad histórica y la ficción así como los aspectos de dos culturas, la occidental y la oriental, y se funde el drama personal del protagonista Tanios, con la convulsa situación de la época, que la hace muy interesante.

También vemos reflejada la militancia política del autor a favor de la cordura y la reconciliación. Importantes datos a tener en cuenta.

En esta obra , además de los hechos narrados, también es interesante descubrir como el paisaje del Líbano llega a convertirse en un personaje más.

Y en la novela encontramos los ingredientes variados como el amor, la venganza, la traición, el asesinato, la guerra, elementos costumbristas, y un país como el Líbano que hacen las delicias de esta obra.

Además de ser un auténtico drama, muy bien hilado de la mano de un gran escritor.

Narrada en un lenguaje sencillo y evocador. Me ha gustado conocerla.

El autor, exiliado en Francia, escribe esta, su primera novela dedicada a su país, con la que obtuvo en el año 1993 el premio Goncourt. Y recordemos que también es el autor de obras tan reconocidas como “León el africano” o “Samarcanda”.

Una obra muy interesante por varios motivos que ya se han expuesto, pero deseo añadir uno fundamental y es que el autor ha unido y lo hace inteligentemente en la historia, un drama personal, como el del joven protagonista, Tanios, con la complicada situación de la época en su país.

Una excelente y emotiva crónica de la vida de un pueblo dividido por el enfrentamiento entre Egipto y el Imperio otomano.

Obra que le valió a Maalouf el premio Goncourt en 1993 en la que, el autor de “León el Africano”, nos muestra su habitual añoranza por el mestizaje, la convivencia de razas, creencias y confesiones, y realiza un alegato sobre la importancia de recordar y mantener las tradiciones de los pueblos.

La historia se ambienta en Kfaryabda, un pueblo de la montaña libanesa, entre los años 20 y 40 del siglo XIX. Fueron aquellos unos años en los que las armadas egipcia y otomana se disputaron ese terruño del Levante en varias guerras. Un narrador anónimo nos da razón de una leyenda que oyó de la boca de un anciano del pueblo, Gebrayel, sobre la desaparición misteriosa de un joven llamado Tanios, que se subió un día a una roca y nunca más se volvió a saber de él. Desde entonces, la roca tomó el nombre del joven y cayó sobre ella una maldición: “quién se suba a ella desaparecerá como lo hizo Tanios”.

Nuestro narrador, intrigado por el relato del anciano, decidió investigar en otras fuentes. de este modo, logró adquirir tres escritos con los que, junto al relato oral de Gebrayel, recompondrá la historia de Tanios que Maalouf nos relata en este libro. Los documentos hallados son un tomo extenso de un monje llamado Elías (que bien podría ser el propio Tanios), “La sabiduría del arriero” de Nader y las “Efemerides” del reverendo Jeremy Stolton.

Esta aproximación indirecta a la historia real le brinda a la novela una fragancia de cuento oriental deliciosa. En sus páginas conoceremos las costumbres arraigadas de un pueblo que acepta de buen agrado el dominio que sobre él ejerce un jeque mujeriego pero paternalista, las dudas, el crisol de creencias y religiones que confluyen en esa porción de tierra libanesa, los sabores y sinsabores de un personaje atormentado por su origen y con ansias de explorar el mundo que se extiende más allá de su comunidad cerrada. Todas estas vivencias de Tanios vendrán trufadas con perlas de sabiduría que el narrador atribuirá a la “sabiduría de búho” del arriero:

“¿Felicidad pasajera? Todas lo son; tanto si duran una semana como treinta años, lloramos igual cuando llega el último día, y venderíamos nuestra alma por tener derecho al día siguiente”.

Y también:

“Yo también reflexiono con los pies. A la fuerza… ¡no hago otra cosa que recorrer caminos! Las ideas que forjas con los pies y suben hasta la cabeza te reconfortan y te estimulan; las que descienden de la cabeza a los pies te entorpecen y te desaniman”.

Lectura que te transporta a otro mundo, uno distinto, que respetar y apreciar.