Este libro es una sorpresa continua. Tiene giros que no vi venir. Los protagonistas te hacen identificarte y el estar ambientada en los años 60 te hace transportarte a un mundo donde la tecnología era una posibilidad que no se sabia si se podía ni siquiera imaginar. Admito que entré pensando, guiada por el nombre, que iba a ser RE romántica, pero me equivoqué. Sí se presenta un amor a primera vista, que en lo personal mucho no congenio en la lectura, pero tiene un trasfondo cultural y personal que me hacía querer conocer más y más. La estructura nos lleva al pasado desde el presente, desde una entrevista a los fundadores de una heladería. Sentí que debido a eso iba muy rápido el ritmo, y el final lo sentí apresurado, pero de por medio me gustó como la autora tocó los temas de la dependencia emocional, la libertad, los cambios de la época, el amor y las responsabilidades. Los personajes secundarios tienen un gran peso en la historia. Algunos me gustaron y otros no, pero fue imposible no empatizar. En resumen es una lectura romántica que ataja complejidades que hace que lo leas rápido y te sientas atraído por la cultura. |