El martillo de Altafulla

Sin duda este no es mi tipo de libro, he de decir que en si cuando leí la sinopsis me pareció interesante ya que todo lo relacionado con el mundo brujil me llamaba la atención, pero es cierto que se trata de una historia totalmente diferente, tocando ciertos aspectos de la moralidad, la perversión, "la lucha en nombre de la iglesia" que ciertamente me parecían agotadores.

A pesar de tratarse de un libro bastante corto se me ha hecho muy pesado, había bastantes nombres de personajes de los cuales me olvidaba, momentos en los cuales no sabía lo que estaba ocurriendo, me perdía constantemente y no sabía ni quién estaba hablando, ni donde estaba dicho personaje, lo que hacía que me frustrase.

El autor tiene un lenguaje muy rico, pero a veces hacía que todo se recargase aún más. En cuanto a los personajes estaba Blanca como protagonista principal, pero de repente nos olvidamos de ella y volvemos al agente encargado de resolver una serie de acontecimientos brujiles en Altafulla, el cual no me ha podido parecer más deshumanizado, que también considero que es algo que ha querido transmitir el autor.

Siento que pasaban una serie de eventos, y que no se acababan de solucionar o por lo menos a mí no me han quedado claros.

En definitiva siento que es un libro que no ha sido para mí y de verdad que lo lamento porque hablando del tema brujil me llamaba la atención, pero ha tratado otra serie de temas que me han resultado pesados e incluso a veces desagradables.

Escribir una crítica de un libro, y sobre todo cuando ha sido escrito por un autor novel, no siempre es fácil. Sentarse delante de una página en blanco es un trabajo complicado en el que conviven lo innato con la técnica aprendida. Dentro de la parte innata está la capacidad de inventar mundos, personajes, universos; pero tiene mucho de técnica la forma de contarlos. Y quizás es esto último lo que más falla en una novela como "El martillo de Altafulla". Desde el principio uno se da cuenta de que el autor está lleno de buenas intenciones, pero la impresión general que produce su forma de expresión es de artificiosidad. Su sintaxis transmite un exceso de complejidad, propio de quien quiere demostrar sus dotes expresivas. La selección de vocabulario tampoco deja indiferente, por el abuso de adjetivos y el empleo de términos pretendidamente medievalizantes en un contexto lingüístico que no acompaña. del mismo modo, llama la atención la tendencia a introducir pausas aclarativas con la intención de crear una atmósfera lírica. Sin embargo, este tipo de artificios no siempre tienen como resultado lo que uno espera, y en este caso imprimen a la historia un ritmo denso que empaña un argumento interesante y con potencial.
La lectura deja una sensación agridulce: la de estar ante una historia que queda oculta entre una técnica narrativa mejorable pero en la que se aprecia el esfuerzo del autor.

Últimamente los libros que más me llaman la atención están relacionados con el mundo piratesco o brujil. Siempre han sido dos mundos y partes de la historia que me han cautivado y del que me gustaría aprender cada vez más. En este caso, Bergsrud ofrece la oportunidad de adentrarnos un poquito más en el mundo brujil gracias a El martillo de Altafulla.

La temática de la obra te acompaña en todo momento, y es tan atrapante que deseas que las pocas páginas que tiene el libro se conviertan en más. En apenas ocho capítulos y un preludio entre ellas, el autor nos narra la vida de Blanca, una chica que tras haber descubierto un libro bajo una cama cuya información le cambiará la vida. Para poder entender bien la historia hay que prestar atención al preludio, pues será este el que consiga meterte mucho más en el mundo brujil y acompañar a la historia desde una perspectiva diferente. Esta técnica es de mis favoritas porque te ayuda a seguir la historia alternando sucesos sin interrumpirse unos a otros.

La trama en sí me ha parecido interesante, pero no me ha conseguido atrapar del todo. No obstante, lo que sí que me ha maravillado es la ambientación del libro y me ha parecido el punto fuerte del autor. Ir recorriendo la masía junto a Blanca me ha resultado muy entretenido y aun más teniendo en cuenta que estamos hablando de la Edad Media, uno de mis periodos históricos favoritos. En líneas generales es un libro rápido de leer, en un ambiente histórico fantástico y con un personaje entrañable.
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