¿NO QUEDA NADIE VIVO?

Satori Ediciones, en colaboración con The Japan Foundation, se une a la iniciativa de impulsar las artes escénicas de Japón más allá de sus fronteras y, por primera vez, pone al alcance del público hispanohablante a célebres representantes del teatro actual japonés.

18 personajes. 18 maneras de morir. Descubre una obra de teatro del absurdo magnífica sobre el momento de la muerte.

En las primeras páginas encontraremos una lista con los nombres de los personajes y quienes son cada uno.

"¿No queda nadie vivo?" es un producto de nuestra época que representa el fenómeno de descomposición de la muerte en la sociedad de hoy en día: las víctimas son solo estadísticas, cifras en una pantalla, el impedimento de visita en los sanatorios donde los enfermos la mayoría de veces mueren solos. Mientras tanto las publicidades exaltan la hermosura y la lozanía, al no querer hablar de la muerte... Nos pasamos la vida haciendo la vista gorda ante esta realidad, y es ésta la que nos da la conciencia de la existencia. Por tal motivo, en esta representación en escenario se transforma en campo abierto, donde nada nos distraerá de poder presenciar la muerte de los protagonistas.

El autor nipón Shirô Maeda es un maestro en el arte de contar historias en las que prevalece el elemento ominoso o inexplicado. Su obra de teatro se inscribe en el género del absurdo y experimental, y nos hablará, más que de la muerte, de cómo morimos. Tendremos, en el escenario, distintas situaciones que suceden al mismo tiempo, conversaciones... Nos enteraremos de una tragedia de la que no se conocerá su causa, pero sí los sucesos periféricos a los protagonistas. Leeremos diálogos cortos a veces trágicos y otros con cierta dosis de humor.

El relato es el de un hombre a punto de contraer matrimonio y de su ex pareja, que queda embarazada, pasando a la charla de unos alumnos universitarios que se alistan para actuar en la boda. Ellos dan la noticia de un supuesto accidente ferroviario y es una alumna aficionada a las leyendas urbanas la que instala el rumor de un virus misterioso. Acto seguido, los protagonistas empiezan toser y a sentirse mal…

Al entrar a analizar la obra, podríamos decir que tiene muchos significados y a la vez ninguno. El autor, tal vez, buscaba crear un modelo teatral que mostrara el fenómeno de descomposición de la muerte en la sociedad de hoy.

En el Japón actual, en el que es normal morir en un hospital sin tener a tu familia a tu lado, hace que la gente carezca de la noción de lo que significa experimentar de primera mano la muerte. Hay una suerte de desconexión con esta realidad de que uno está vivo, de que respira. Toda esta sensación es la que da su basamento a la obra. Obra en la que además experimentaremos constantemente un sentimiento de zozobra que, bien lo sabemos, nos trae la tragedia.

Un caos que seguiremos a través de varios escenarios, preguntándonos hasta dónde llega ese desastre ¿ocurre en ese lugar o en todo el mundo? Hay escenas que rompen el corazón como cuando algún personaje sabe que va a morir y pide que alguien se quede a su lado para no morir solo.

Me ha encantado y entendí asuntos que hasta ahora nunca me habia planteado, como es el hecho de morir en la más absoluta soledad.