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Empecemos con el estilo. Es sencillo y simple, pero a veces se hace un poco lento. Esto tal vez se deba a que me parece que la historia se alarga demasiado en algunas partes. A pesar de eso me ha gustado bastante, especialmente los "choques" de los protagonistas" que le otorgan un poco de humor. Como la mayoría de historias de estos géneros, está escrita desde el punto de vista de uno de los protagonistas. En este caso del de Avery. Ella vive sola en un piso y es una chica independiente, organizada y reservada. Acaba de empezar la universidad y espera tener un buen curso, tranquilo y controlado. Sin embargo, su planes se estropean el primer día ya que se retrasa pero el verdadero problema llega cuando choca con el chico que no la dejara tranquila (y lo de chocar es literal), Cameron Hamilton. Cam es el rompecorazones de la uni, aunque este año ha decidido reformarse, pero cuando cierta pelirroja se lanza sobre él no puede olvidarse de ella. En su constante persecución de Avery, descubre que al igual que él ella esconde algo. El tiempo verá si son capaces de confiar en el otro para poder estar juntos. Cam es bastante adorable. No tiene nada de chico malo y su pasado solo hace que le quieras más. Avery es... bueno, es todo un amor. La presión que le hace Cam para que le cuente lo que le pasó (algo que más o menos tú intuyes) hizo que despertara mi compasión. Quieres que él lo sepa pero a la vez quieres que le dé espacio. La historia me ha gustado mucho, como para repetirla. Adoro la pareja que hace. Ella es madura y él divertido. La historia tiene sus partes cómicas (como la de las galletas) y sus partes de "me salen cascadas por los ojos", todo en la medida exacta. Un error que tiene es que se centra demasiado en los protagonistas y no desarrolla a los personajes secundarios. Sin embargo, esto lo soluciona en sus siguientes novelas en las que trata en cada una a diferentes personajes que han aparecido de forma secundaria en alguna de las anteriores. |
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