De hogares de acogida y moscas

Parece mentira que en solo 100 páginas se pueda condesar tanto. Ya me ocurrió cuando leí La Perla, de Steinbeck o El Extranjero de Camus.

Denny es un niño de 12 años, que ha perdido a su padre y vive con su madre alcohólica. Prácticamente se cría y vive solo en ausencia de su progenitora. Solo tiene una meta en la vida: participar en el concurso de deletreo de su colegio ya que el año anterior no se atrevió ni a presentarse.

Una historia triste, trágica, conmovedora que habla de la soledad, de levantarse cada día sabiéndose perdedor y aún así de tratar de encontrar un objetivo que haga que la vida merezca la pena ser vivida. Una historia de cómo la mentira y la culpa hacen más daño por dentro que el peor de los cánceres. La necesidad de explotar y contar lo que sucede a uno. La ignorancia y la falta de atención a alguien que pide ayuda en silencio. Todos nos centramos en nosotros mismos sin fijarnos en lo que pueda estar pasando al que tenemos al lado.

Increíble relato que me ha hecho revolver por dentro. La recomiendo 100%