Mensajes ocultos

De la realidad a la ficción y vuelta
El libro comienza con un hombre Carlos que desde que terminó su relación con su novia se ha obsesionado con una youtuber, Nora Teddybear. Poco a poco, a raíz de un mensaje directo que le envía la cantante por Twitter, irá descubriendo diferentes mensajes en los vídeos de Youtube que le llevarán a pensar que Nora está en peligro.
Si a alguno le interesa mucho el mundo de internet y las redes sociales, podrá decirme que esta historia es real y que fue una estafa que montó no sé qué youtuber. Cierto es, pero, aunque es cierto también que yo no conocía la historia en la que sea inspirado, quiero hacer notar que se sale de la noticia para elaborar un reflexión sobre el mundo de las redes sociales, la manipulación y la credulidad.
De esta manera, partiendo de que conocemos la historia, el autor nos relata a tres voces las diferentes perspectivas del hecho que llevará a Carlos a obsesionarse con Nora, a William a desconfiar de su novia y al policía McIntyre a considerar que todo es una «tontería más de eso que hacen los chavales que usan las redes sociales».
Por otro lado, la manera de narrar esta obsesión me ha gustado especialmente. Luis ha empezado su novela sin dobleces, estableciendo en la primera página a su protagonista su obsesión y casi su objetivo. Sin embargo, no es una novela obvia o precipitada, dejando que todo se desarrolle sin prisa pero sin pausa, nos hace las declaraciones de manera directa: la perspectiva de Nora las tendremos a través de las declaraciones que hace a McIntyre y la del resto de personajes a través de sus reflexiones, pero de manera cronológica, sino mezclando el presente de Carlos, con las declaraciones en flashback de Nora. de esta manera, desde el principio sabemos que ha sucedido algo de verdad y queremos que nos cuenten qué es algo, pero sobre todo el cómo y el porqué.
A través de un estilo fluido, no precipitado pero sí directo, sin dobleces, nos va llevando por un triple testimonio que nos genera el ansia de saber la verdad.
Los detalles, lógicamente serán cruciales en la novela, pero sin llegar a obsesionarnos, sino como algo que siempre está ahí, como una mosca, que se une al final como, aquí sí, podíamos sospechar al principio. Muy probablemente, muchos al leerlo sepan cuál es la conclusión, pero creo que el objetivo del autor no es que adivines esto, sino que recabes la información porque lo importante son las relaciones y en base a qué se han realizado cada una de ellas.
Un triple masculino frente al osito femenino
Pasando ahora a la cuestión de los personajes, mi relación con ellos ha sido francamente complicada. Por una parte, el autor intencionadamente ha hecho que todos, de una u otra manera, nos parezcan seres negativos, o al menos así lo he percibido yo. Establecidos en pares masculino-femenino, la relación entre estos ha sido desagradable en un alto porcentaje (quizá los personajes de Olivia y Vicky los salve un poco): o bien es obsesiva o abusiva, o consideran a la mujer frágil, o la mujer desprecia al hombre… Complicado todo. Pero me enganchaban muchísimo y sobre todo quería saber no tanto el porqué como el cómo se conseguía esa manipulación.
Esto sucedía porque el autor ha establecido una personalidad muy identificable para cada uno de ellos, pero en la que ciertas características llamaban la atención y poco a poco a través de la trama, las acciones y los descubrimientos del pasado, encontrábamos el juicio que podíamos atribuirles y nos invitaba a querer descubrir más. El personaje de Carlos, el protagonista, por ejemplo se configura no solo a través de sus actos, sino a través de sus objetos fetiche, de manera que la obsesión va en gradiente hasta… Ya lo leeréis.
A esto añadimos que cada uno de ellos, personalmente, me ha servido para plantearme diferentes cuestiones. El personaje del policía, McIntyre, es la herramienta para el desarrollo del análisis sobre las redes sociales, el efecto de veracidad y de influencia en el público; el personaje de William nos invita al odio escéptico; por poner dos ejemplos. Y gracias a estas cuestiones el autor nos presenta un libro que no solo te entretiene con una buena historia, sino que te plantea una mirada crítica nuestro entorno milenial.
Mensajes ocultos pero obvios
Así que, como hemos visto, nos encontramos ante una novela cuya historia nos suena o conocemos y que podemos juzgar como obvia por esto precisamente, y sin embargo, como he dicho más arriba, tiene algo más. Esta obviedad pero ese algo más se refleja en la trama, en la crítica y en los personajes.
Si tuviera que destacar por qué leer Mensajes ocultos lo haría por su capacidad de absorber al lector y por saber utilizar nuestra curiosidad morbosa para hacernos reflexionar sobre ella misma.
¿Recomendado? Sí, son una horas que no la empleas en vano ni a nivel literario, ni a nivel incluso sociológico. ¿A quién no le gusta el morbo? ¿A quién no le gusta saber más allá?

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