Ana de Tejas Verdes

No puedo negar que iba con miedo cuando empecé Ana, la de Tejas Verdes, había leído reseñas que decían que Ana no es un personaje que les resultará digamos “amoroso”; que más bien era una niña pesada; pero cuando empecé no pude parar y de hecho al acabar sólo pude decir: necesito más; y lo necesito ahora mismo. También alguien me dijo que viendo la serie seguramente a mi no me iba a gustar por lo que comentaba; Ana la de Tejas Verdes les resulta a todos una niña demasiado pesada. (Que poco me conoce la gente…)

Ana es una niña huérfana que llega a la familia Cuthbert por “error” ellos, por la edad avanzada de ambos deciden adoptar y desean un niño para que les ayude con las labores de la granja, y demás, pero allí está ella; una niña pecosa, pelirroja y con una sonrisa enorme que termina siendo el mejor error que exista, al menos en parte que tampoco quiero destripar la historia…

Me dio mucha rabia al ir devorando el libro que algunas personas digan que no merece la pena, porque si que merece la pena y hay que ponerse en situación.
El libro esta escrito a principios del siglo xx, que son cien años señores, que si en simplemente 20 años hemos evolucionado de una forma brutal en cien… Pero es que un error muy común; analizar las cosas con los ojos de ahora, obviamente ahora mismo ciertos comportamientos de los personajes del libro son de escandalizarse (y de toda la historia de todos los tiempos no sólo en Ana, la de Tejas Verdes)

Me conquistó desde el primer momento; y realmente es gracias a Lucy Maud Montgomery, porque su pluma a la hora de describir a Ana consiguió que me enamorara perdidamente de ella, que me pusiera en su piel, que quisiera abrazarla, ser su amiga y decirle: Ana, habla conmigo, Ana la de Tejas Verdes; yo si quiero ser tu eterna amiga, me case, me enamore o me muera; quiero serla (Esto sólo lo entenderá quien haya leído el libro o visto la serie; porque es parte de la historia de Ana y sus diálogos)

Es cierto que también resultaba algo cansina, pero no sentí para nada en ningún momento que estaba cansada de ella; de su historia o de el pueblo donde vive, no me aburrí en ningún momento con Ana, la de Tejas Verdes.
De hecho sonreía con cada pensamiento, cada locura, cada imaginación… porque de esto Ana, la de Tejas verdes tiene infinito y más allá. (A mi me encanta la gente así, por eso Ana me vuelve loca de amor)
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