La hija olvidada

¿Qué es la memoria, después de todo? Guardamos lo que nos conviene, es un recurso de supervivencia.

Las cicatrices toman tiempo para sanar, si es que sanan alguna vez.

Su padre le había explicado una vez , que la vida era como las curvas de los electrocardiogramas, una montaña rusa sin principio ni final.

Cada vez que tengas miedo , y sientas que tu corazón está galopando, comienza a contar tus latidos. Cuéntalos y piensa en cada uno, porque solo tú puedes controlarlos.En la medida que crezca el silencio entre un latido y otro, el miedo irá desapareciendo. Necesitamos de esos silencios para existir, para razonar.

Una debe ser capaz de adelantarse al dolor. Así, cuando te sorprende, lo recibes preparada.

La euforia nacionalsocialista les ha encogido el corazón a muchos

Donde se queman libros , se termina quemando también a personas.

Julios no podía abandonar a sus pacientes. Agora aparecían con sus esvasticas. "Nada ha cambiado, Siguen siendo mis pacientes. Les veo sólo el corazón no les leo la mente"

Aquella parodia luterana para suprimir todo espíritu judío del universo impreso había llegado a quienes tuvieran libros en su poder.

Tu eres como esas flores de climas fríos que deben aprender a sobrevivir en una isla, en tierra húmeda y bajo la intensidad del sol . Tú necesitas la luz para vivir , y allá no te faltará.