La hija olvidada

Esta novela está inspirada en hechos reales y es la segunda novela de su autor, tras “La niña alemana”. Desde el momento en que leí la sinopsis y vi que se desarrollaba durante la Segunda Guerra Mundial, uno de los periodos históricos sobre los que más me gusta leer, por las lecciones que esconde, y más si están basadas en sucesos reales, supe que de seguro me iba gustar.

¿Hasta dónde llega el amor de una madre por salvar a sus hijas? ¿Es posible olvidar el pasado, olvidar los recuerdos? Si renunciamos a nuestro nombre, idioma o una religión... ¿Qué queda de nosotros mismos, quienes somos?.

En la novela nos encontramos con dos hilos temporales: El primero, que sirve a modo de introducción y al final de cierre, comienza en abril de 2015 en Nueva York, con la inesperada visita de una mujer que llega de Cuba con un mensaje para Elise Duval, una anciana católica francesa. Son unas cartas que fueron escritas por su madre durante la guerra. Los recuerdos y la emoción le hacen balbucear en alemán: “Mamá, verlass mich nicht. No me abandones”.
A partir de ese momento, Elise empieza a revivir su infancia y juventud y todo lo que vivió por culpa de la guerra, tanto los momentos más oscuros, trágicos y dolorosos como los buenos, gracias a la bondad y humanidad de algunas personas pese a estar en guerra.

Comienza el hilo principal que se desarrolla entre los años 1939-1947 y que conforma la trama principal de la historia. Una familia alemana judía de clase media-alta en Berlín, año 1939, cuando ya los nazis, después de 6 años en el poder, recrudecen las medidas contra los judíos. En un momento lo pierden todo. El padre es detenido y llevado a un campo de concentración y la madre se da cuenta de que la única salida que les queda es huir.

El autor con una narración clara, de fácil lectura, crea una historia con gran fuerza y a la vez llena de esperanza. Consigue que nos metamos dentro de la historia y que sintamos lo que sienten los protagonistas: el miedo, la indefensión, el sufrimiento y el dolor por la pérdida de los seres queridos, la lucha por sobrevivir… Que sintamos el horror de la guerra y sobre todo ese sentimiento de culpabilidad que acompañará a los supervivientes durante toda su vida, debido a las decisiones que tuvieron que tomar en situaciones extremas.

El autor entremezcla hechos reales como las matanzas llevadas a cabo por los alemanes en 1944 en el pueblo de Oradour-sur-Glane, la travesía del trasatlántico MS Saint Louis desde Hamburgo a la Habana… junto con todas las situaciones y decisiones que nuestras protagonistas deben afrontar para sobrevivir y que condicionarán sus vidas para siempre.

Me ha encantado el personaje de la protagonista, una mujer que encerró en lo más profundo de su corazón todo lo que tuvo que vivir, para poder ser fuerte. Olvidó el pasado para poder sobrevivir. Pero al recibir las cartas se reconcilia con su familia, a través de las vivencias de su madre y de las suyas propias.

En mi opinión es un libro en el que hay momentos en los que no puedes evitar detener la lectura y pararte a pensar, porque el autor narra los horrores con toda la crudeza de la maldad humana, y de igual manera nos cuenta que también la bondad puede existir en medio de tanto mal.
Una novela histórica, dura, estremecedora y a la vez emotiva que nos narra un nuevo episodio, real, de una de las peores épocas de la historia de la Humanidad. Una época que debe ser recordada para qué no caiga en el olvido.