Los muchachos de Jo

Llegó el final de la historia de las hermanas March, y como es de esperar he llorado como una magdalena en varias ocasiones. Sin embargo, también me he derretido de amor en otras.

Algo genial es que nuestra querida Jo, que se va convirtiendo en la matrona de la familia, no solo ha cuidado de sus hijos y de los demás niños y niñas que llegan a su escuela, sino además, ha logrado realizarse como escritora, lo cual para la época es casi una revolución, muy justa para el carácter de nuestra protagonista.

El asunto es que, en realidad para esta novela, los personajes principales son los muchachos de Jo (y las muchachas también). Aquellos primeros niños y niñas ahora son adultos y van perfilando sus vidas a partir de las enseñanzas recibidas y las decisiones que cada uno de ellos ha ido tomando. No es un cuento de hadas así que hay alegrías y sufrimientos, no todos lograron sus anhelos y amores, pero sin duda denota la apertura de ciertos temas por parte de la autora en un tiempo que eran de difícil trato.

Ha sido un lindo cierre que Louisa May Alcott dio a su entrañable Mujercitas, en parte a petición del público de aquel momento y que para la posteridad hoy seguimos disfrutando.

"Los muchachos de Jo" de Louisa May Alcott
Continuación y desenlace de Mujercitas, Aquellas Mujercitas y Hombrecitos.
En esta historia veremos como han crecido los niños y niñas que Jo Bhaer, antes Jo March, y su marido educaron en su pequeña escuela de Plumfield. Veremos cómo se abren camino en la vida, cómo buscan sus amores, cómo aprenden de sus errores, etc.
*Me ha gustado mucho reencontrarme con la esencia de Louisa, que nos ha traído de vuelta en este libro a Jo y vemos cómo vive su éxito literario, de lo mejor del libro. Me han gustado cómo los hombrecitos se han hecho mayores. Pero a pesar de que me ha gustado, no le perdono a Louisa que me haya partido el corazón con la historia de cierto personaje, que no se merecía ese final. Una lástima porque podría haberle puesto un broche de oro a esta serie en vez de darle ese final agridulce que te deja el corazón encogido.