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El refugio de Sandrine no es una bonita cabaña en el campo ni una casita en la playa. Te vas a topar con algo más profundo, duro e inhóspito. Otro tipo de refugio ... El libro comienza con una sesión en un aula donde el profesor plantea un caso que deben analizar sus alumnos. "Mantén la mente ocupada..." El autor se basa en el poema de Goethe "El rey de los Alisos" para construir una trama compleja, donde nada es como parece. Balizas estratégicamente colocadas dificultan llegar hasta el fondo y conocer la verdad. La estancia en la isla es como poco perturbadora. Sientes interferencias, incongruencias, algo que no encaja. Te planteas varias hipótesis que quedan abiertas cuando Sandrine aparece de regreso en la playa. La versión que cuenta Sandrine a Véronique, la psicóloga, y a Damien, el policía, es dura y espeluznante, permitiría explicar el estado en que se encuentra. Ambos intentan ayudarle. "Hábleme de amor, vuelva a decirme cosas bonitas ..." ¿Pero cuál es la verdad oculta en el refugio de Sandrine? Un refugio que nos permite adoptar una posible explicación de lo ocurrido y dejar una puerta abierta a la esperanza. No menciono más para no hacer espóiler. Cuanto menos sepas, mejor. Un thriller psicológico de esos que te dejan pegada al libro, de capítulos cortos, de lectura muy rápida, duro y adictivo. La historia que cuenta y el juego de sospechas que provoca en el lector son terribles, porque en todo momento te hace pensar que puede haber algo más. El autor ha sabido dirigir mi mirada a otro sitio, hasta que el "profe" no me ha puesto las "gafas" he ido bastante ciega. Las balizas han sido como una carrera de obstáculos y yo he tropezado con todas las vallas, aún así he disfrutado mucho su lectura. Si te gustan los thrillers psicológicos y jugar a adivinar, ya tardas en leerlo. Valoración: 9,25/10 Lectura: febrero 2022 |
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Crítica de LolaF
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