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"¡Qué hermosa estaba! Su corazón maduroardía en sus mejías y no sentía ningún desdoro.Oh amor, cuán perfecto es tu aire místico,que da fuerzas al débil y aplasta al fuerte.Cuán engañados están los mortales más doctos,a los que tu señuelo ha arrastrado.Era inmenso el precipicio que ante ella se abría,tanto como su fe en la propia inocencia.Pensaba en su fuerza y en la juventud de Juan,en lo débiles que son los temores del recato,en la virtud victoriosa, en la realidad domésticay en los cincuenta años de Don Alfonso.Bien desearía yo que así no fuera,pero a esta edad rara vez se hace uno querery, en toda ocasión, ya bajo el sol o en la nieve,discorda con el amor aunque abunde el dinero."Viendo los versos de arriba uno puede pensar tantas cosas, una de ellas la diferencia entre generaciones pasadas y las actuales. Recuerdo un escrito francés crucificado, insultado por medio mundo por el hecho de afirmar que "no podría enamorarse de una mujer de 50 años" y Byron con líneas arriba era tomado de revolucionario, satírico, un ser que se adelantó a su tiempo y muy polémico, tanto que parece ser más famoso por su vida que por su propia obra. ¿El mundo actual es diferente a la hipocresía que siempre se asocia los siglos anteriores? ¿la religión era y es el gran abanderado de esta hipocresía? O es que en la actualidad tenemos nuevas herramientas (redes sociales) que como armas de difusión masiva juegan con esa misma hipocresía protegida esta vez por lo "políticamente correcto".Tengo sentimientos encontrados con esta obra, me ha gustado pero también hay partes que me decepcionaron. Debo decir en primer lugar que Byron fue una gran influencia en su época y para generaciones posteriores pero gran parte de ésta lo fue por el tipo de vida que llevó, sus aventuras, sus hazañas y un largo etcétera. de su obra aún no puedo opinar demasiado, este "Don Juan" me ha parecido en gran resumen regular. Es una obra épica, de eso no cabe duda, por más que muchos estudiosos se acuchillan tratando de encontrar la verdad absoluta. Su composición está en octavas, y en general se trata de una poesía con rimas pero que es más una historia de tipo épica, claro, en realidad es una épica burlesca. No estamos ante la exaltación de un personaje legendario, estamos ante cuentos y situaciones dramáticas, divertidas y aderezadas siempre por un desprecio a lo que la gente pueda pensar, Byron es bastante autosuficiente, ni desprecia ni engalana su propia obra.El aspecto que me hizo desmerecerla es el orden, yo siempre digo que debe haber un poco de coherencia en la historia, en este caso la hay pero el texto está inundado por disgresiones a la trama principal, Byron utiliza cientas de hojas a sus meditaciones pero ni siquiera en el estilo de Rousseau, coherente con la trama, sino tiene escapes de pensamiento que duran demasiado muchas veces. No sólo son éstos maneras de ver la vida o posturas frente a dictámenes morales sino muchas veces (y esto es lo que menos me gustó) eran ataques personales contra sus enemigos, Southey (un poeta que a la vez era crítico de Byron) o el mismo Duque de Wellington, vencedor de Napoleón pero posterior conservador que según el autor perjudicó a Inglaterra. Y probablemente todos estos versos dedicados a poetas, ministros y un largo etcétera eran muy interesantes para la época en lo cual publicó pero pierde un poco de interés para el lector actual.Otro aspecto importante es la personalidad de Juan, no es el mismo que está retratado en todos los demás autores que han hablado del personaje, no es el Juan enamorador experto, que donde va conquista mujeres, o que gusta de usarlas para luego dejarlas sin ningún remordimiento, este Juan parece más joven, inexperto, enamora pero a la vez se enamora y tiene un corazón grande. Eso no me gustó tanto por el tipo de historia que se hubiera esperado. Lo vemos atravesando muchas penalidades y situaciones engorrosas aunque no podría calificar toda su historia de divertida, sino más bien el humor viene de afuera, en los comentarios de Byron. La historia en sí es un poco simple, las situaciones que hubieran podido ser muy enaltecidas no son aprovechadas (hablando en un aspecto épico). Sin embargo, en las descripciones del amor puro y simple entre dos personas es donde hay mejores frases que puedan ser rescatadas. Y es que yo llegué a esta obra a partir, como siempre, de Stendhal que citó una frase muy buena, tanto que parece que es la única superlativa que hay en todo el libro, qué tal ojo de Stendhal en verdad, pues hay muchas páginas en el libro a mi parecer prescindibles y es que el texto también fue muy extenso pero incompleto, Byron avanzaba y publicaba.A veces estaba tentado en pensar que lo que el mismo autor colocó en su texto:"Yo escribo sobre lo primero que me viene a la cabezaEste relato no intenta ser relato,sino una mera excusa fantástica e inconsistentepara decir cosas vulgares y a veces tópicos."era cierto.Pero hay muchas cosas que se pueden sacar de este gran relato, un ejemplo de épica burlesca, heredada de los grandes maestros italianos del renacimiento, un estilo neoclásico más que romántico como apunta el prólogo, una visión del siglo XIX, Byron habla bastante de su Inglaterra y cosas contemporáneas que me interesaron bastante.Por el lado de Juan hay episodios que tienen grandes frases aunque la historia en sí se me hizo un poco floja. Tiene así mismo todo el desparpajo del autor para hablar de lo que venga en gana y con la posición que le venga en gana. Esa autosuficiencia de la cual hablaba al inicio que ahora es vista como revolucionaria por ser antigua pero que actualmente en una persona real sería quizás de lo peor, una bajeza. Byron vivió como quiso y murió de igual manera.Se lo recomiendo a aquella persona realmente interesada en conocer más al autor, no quizás a cualquier persona. Igual me aporta muchos datos valiosos pues ya leyendo tantos poemas épicos tengo más base para algún día escribir uno como tengo proyectado.
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