Por qué volvías cada verano

¿Por qué volvías cada verano? ¿Qué te hacía ir nuevamente? Te hubieras quedado en tu casa. ¿Por qué no hablaste antes? Deberías haber hecho la denuncia. ¿Qué hiciste para que esto te pasara? ¿Qué ropa llevabas? Muchas veces te vi con ropa indiscreta. Seguramente tus acciones lo provocaron. Los hombres no pueden controlarse, vos no debés provocar. ¿Por qué andas sola de noche? Hay horarios en los que una señorita no debe andar en la calle. ¿Por qué pasás por ahí? No exageres, son cosas que pasan. No llegó a pegarte, una reacción violenta la tiene cualquiera. Él siempre fue un amor conmigo. Todos lo conocemos, ¡es tan amable y generoso! Algo debés haber hecho o insinuado, vos diste lugar.
Estas frases me vinieron a la mente después de leer el libro de Belén López Peiró y releer el título. La normalización de diversas situaciones de abuso sexual ha hecho, históricamente, generar un sentimiento de culpabilidad en las mujeres. Preguntas como las anteriores nos rodean día a día, cualquier mujer (lamentablemente niñas y jóvenes también) saben de qué hablo.
La historia que nos relata la autora se nos hace cercana y real. Me generó muchísimas emociones, fundamentalmente la de enojo, bronca, furia. Eso siento, desprotección desde una sociedad que decide mirar para el costado, no hacer demasiado ruido, dejar de lado las vulnerabilidades de las niñas y jóvenes que se ven sometidas. ¿Cómo podés mirar para otro lado? Que alguien se haya portado bien con vos, no lo hace buena persona. Es una obviedad, ¿no?
Espero que abramos los ojos, que estemos alerta, que empaticemos cada día más. Este libro abre una puerta hacia esto.
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