Cuadernos japoneses

El autor, Igort, hace en esta obra un homenaje a la belleza y a la cultura japonesas, pues fue el primer dibujante occidental e italiano en trabajar directamente con la industria editorial japonesa. de sus múltiples viajes, ha recopilado una gran variedad de apuntes, dibujos, notas, cuadernos, bocetos y fotografías, para adentrarse en Japón y en su cultura, país de origen del manga y del anime.

Aunque curiosa y fácil de leer, esperaba algo distinto de la obra del autor y no ha terminado de convencerme. El texto es entretenido y con información muy interesante que desconocía sobre la cultura japonesa, con distintas historias y hechos históricos relevantes. Sin embargo, la forma en la que el autor nos presenta todos estos hechos me parece algo confusa y caótica, saltando sin orden ni concierto entre hechos históricos, mitología japonesa, y su propia experiencia personal.

Es su propia experiencia como artista trabajando en Japón la parte que me ha parecido más interesante. El mundo del manga es bastante cerrado y desconocido para la cultura occidental, a pesar de que poco a poco vamos conociendo más de cómo funciona este mundo, sigue siendo muy complejo adentrarse en él. La experiencia de Igort refleja un trabajo de jornadas laborales infinitas, en el que el mangaka únicamente puede dedicarle tiempo a su obra, algo que, por desgracia, sabemos que sigue pasando actualmente hasta resentir la salud de los propios autores.

Una obra confusa que no ha terminado de convencerme, pero que aporta algunos datos interesantes para todo el que esté interesado en el mundo del manga y en la cultura nipona.

Irbis.

Si te gusta el arte y la cultura japonesa, este es tu libro. A través de sus páginas se desenvuelve una retahíla de choques culturales entre un artista italiano y la sociedad japonesa.
Este libro es una delicia visual y propone una curiosa visión sobre los japoneses, eso sí, desde un respeto y una sensibilidad admirable.